KÖNIGSTEIN, martes 18 de agosto de 2009 (ZENIT.org).- Un instituto católico en el Cáucaso contribuye a superar las tensiones entre georgianos y rusos, que todavía hoy se experimentan tras la guerra de agosto de 2008.
«El Cáucaso meridional necesita paz; al fin y al cabo, en la guerra todos acabamos perdiendo», explica Vaja Vardidze, rector del Instituto Católico Orbeliani de Tiflis, refiriéndose a los enfrentamientos entre Georgia y Rusia del año pasado.
«Incluso en la misma Georgia deberíamos superar nuestros conflictos internos. La Iglesia católica en mi país se ve a sí misma como un puente entre la tradición cristiana de Oriente y la de Occidente, entre cristianos católicos y ortodoxos».
El Instituto Orbeliani quiere ofrecer su contribución al entendimiento, según aseguró este georgiano de 38 años de edad, doctor en Teología, con ocasión de su visita a la sede central de la asociación católica internacional Ayuda a la Iglesia que Sufre, situada en Alemania.
El rector precisa: «Queremos que nuestro trabajo revista un alto nivel desde un punto de vista científico y académico».
Vaja Vardidze, que estudió Teología en Lublin (Polonia) para doctorarse después en Münster (Alemania), dirige desde hace un año el Instituto Orbeliani de Teología, Filosofía, Cultura e Historia. Está casado y tiene un hijo de cuatro años.
El centro que dirige lleva el nombre del príncipe georgiano Suljan Saba Orbeliani, que vivió en el siglo XVII, considerado uno de los escritores más importantes del país. Orbeliani –que, entre otras actividades, ejerció de diplomático y tutor– promovió la unidad de las Iglesias. En Georgia viven actualmente unos 50.000 católicos.