CIUDAD DEL VATICANO, martes 18 de agosto de 2009 (ZENIT.org).- La Santa Sede ha transmitido su satisfacción y agradecimiento por el servicio que ofrecen los diáconos permanentes, un ministerio que ha experimentado un extraordinario florecimiento en las últimas décadas.
Portavoz de este reconocimiento es una carta enviada por el cardenal Cláudio Hummes, prefecto de la Congregación para el Clero, el 10 de agosto, fiesta de San Lorenzo, diácono y mártir.
«Cada vez con más fuerza la Iglesia descubre la inestimable riqueza del diaconado permanente», comienza diciendo el purpurado brasileño a los casi 35 mil diáconos permanentes del mundo.
«Cuando los obispos llegan a la Congregación para el Clero, en ocasión de las visitas ad limina, se comenta, entre otros, el tema del diaconado y los prelados muestran su agrado y su esperanza ante vosotros, diáconos permanentes. Todo esto nos llena de inmensa alegría», reconoce.
«La Iglesia os da las gracias y, a su vez, reconoce vuestra entrega y vuestro trabajo ministerial», afirma.
El cardenal les alienta a caminar por la senda de «la santidad personal, para que viváis una intensa vida de oración y de espiritualidad diaconal». De ello, aclara, «depende sobre todo la eficacia de su ministerio».
El diaconado permanente fue reintroducido por decisión del Concilio Vaticano II hace 28 años en la Iglesia.
De los 309 diáconos permanentes que había en el mundo, en 1970, se ha pasado a los casi 35 mil de estos momentos.
Según datos del «Anuario Pontificio», están presentes sobre todo en América del Norte y en Europa, con un porcentaje mundial del 47,3% y del 32,3%. En general crecen en un 2,5% cada año.