ROMA, viernes, 11 septiembre 2009 (ZENIT.org).- El matrimonio es una vocación a vivir el amor y la donación, a ser Iglesia doméstica y a anunciar el Evangelio. Así lo entienden las parejas descubren su llamado al apostolado dentro de diferentes movimientos eclesiales.

Una mujer de la comunidad católica Shalom, así como dos parejas pertenecientes al Movimiento Familiar Cristiano y al Encuentro Matrimonial compartieron este viernes sus experiencias en el seminario internacional "Familia, sujeto de evangelización".

El evento académico ha sido organizado en Roma por el Consejo Pontificio para la Familia y clausurado este viernes por el presidente de este dicasterio, cardenal Ennio Antonelli.

Shalom, nuevas familias para un nuevo mundo

"No habrá un mundo nuevo sin nuevas familias", aseguró Maria Emmir Oquendo Noguera, proveniente de Brasil y perteneciente a la comunidad católica Shalom.

Oquendo Noguera indicó que, en esta asociación, fundada en Brasil hace 27 años por Moisés de Azevedo Filho, los jóvenes que se sienten llamados a la vida matrimonial encuentran un espacio para que la etapa de noviazgo sea ocasión de conocimiento mutuo y discernimiento.

"El matrimonio no sólo es algo que sucede en un momento de nuestra vida, es una llamada específica a servir a Dios a través de su Reino. Es un compromiso activo para el anuncio de Jesucristo", aseguró durante su ponencia.

Agregó también que en Shalom las familias participan activamente en algunas jornadas de apostolado. Entre ellas los seminarios del Espíritu Santo, grupos para la evangelización, campos de verano para niños, evangelización puerta a puerta, en colaboración con la parroquia.

"La evangelización en Shalom continua las 24 horas al día", aseguró Maria Emmir. "Queremos alcanzar a quienes no van a la Iglesia, a quienes no conocen el Evangelio", agregó.

"La familia no está llamada a centrarse exclusivamente en sí misma, sino al contrario se debe volcar hacia aquellos que necesitan conocer, amar y servir a Jesucristo, a su Iglesia y a la humanidad", concluyó.

Movimiento familiar cristiano: ver, juzgar, actuar

También intervinieron los esposos estadounidenses John y Lory Brzysz del Movimiento Familiar Cristiano, fundado en Chicago en 1949.

Utilizan el método ver, juzgar y actuar a la luz de las enseñanzas de la Iglesia y así los miembros de este movimiento, promueven la vida matrimonial y familiar centrada en Cristo.

Estos esposos tienen seis hijos --la menor es religiosa-- y 13 nietos. Aseguraron que "los padres tienen un papel catequético en medio de una sociedad que vive un secularismo invasivo".

Compartieron también en su intervención que los frentes de su apostolado se encuentran en el diálogo con otras asociaciones de la Iglesia.

De esta manera "las familias encuentran compañeros de viaje" en su misión apostólica, concluyeron los esposos.

El matrimonio como ocasión de encuentro

Los últimos en intervenir en mañana de este viernes fueron los esposos franceses Françoise y Bernard Prouvé pertenecientes al movimiento de Encuentro Matrimonial, nacido en los años 60 con el espíritu del Concilio Vaticano II.

Este movimiento, ofrece a los matrimonios un "Fin de Semana" especial, para que afiancen su decisión de amarse, basados en el diálogo y la comunicación.

Luego de este primer retiro las parejas que lo deseen pueden recibir periódicamente acompañamiento espiritual.

Los esposos Prouvé pertenecen a este movimiento desde hace 32 años y trabajan activamente en la dirección de retiros a los que asisten decenas de parejas de esposos:

Según Bernard, ellos han recibido un gran apoyo y consejo espiritual en momentos decisivos de la vida matrimonial como "los momentos de crisis de adolescencia de nuestros hijos, la muerte de nuestro cuatro hijo, el paso a la jubilación".

"Se trata de un regalo extraordinario que nutre nuestro sacramento del matrimonio y lo anima con la confirmación y los retos que recibimos", concluyó Françoise.

Por Carmen Elena Villa