CIUDAD DE MÉXICO, miércoles 30 septiembre 2009 (ZENIT.org).- Con la libertad religiosa se buscan políticas éticas, no teología política, así lo afirmó Carl A. Anderson, director ejecutivo y presidente mundial de los Caballeros de Colón, al inaugurar Simposio Internacional “Voces, el Estado Laico y la Libertad Religiosa”, que se está celebrando estos días en la capital mexicana.
“Esas políticas éticas deben ser las mismas que nuestra ética en el hogar. Tiene que ser consistente con nuestra bien formada conciencia cristiana. Más aún, como lo ha señalado el Papa Benedicto XVI, nuestro entendimiento de que la humanidad es imperfecta y que la política es también imperfecta, mitiga nuestra aceptación de soluciones políticas radicales, que se consideran perfectas. Esta es la promesa –y el fracaso– del comunismo y la teología de la liberación”, dijo Anderson.
Al hablar sobre México, dijo que este país ha avanzado mucho en materia de libertad religiosa. Después de referirse a los conflictos que dominaron las relaciones Iglesia-Estado en buena parte del siglo pasado, Anderson dijo que este país es un lugar muy distinto el día de hoy.
“Un tremendo progreso se ha hecho para asegurar las libertades religiosas de la Iglesia Católica y de los católicos en general en las últimas décadas. El presidente Calderón es el último de cuatro presidentes consecutivos que han trabajado para reducir o eliminar las restricciones legales y las discapacidades que se establecieron sobre la Iglesia a principios del siglo veinte”.
Analizando la situación de la libertad religiosa en el hemisferio occidental, Anderson dijo que las amenazas ya no provienen de las armas. “Son más sutiles y es más posible que provengan de leyes que ataquen a los derechos individuales de conciencia religiosa en lugar de enfocarse en las instituciones religiosas eclesiásticas”.
En su ponencia “Sacrofobia y Libertad Religiosa”, el doctor Jorge Traslosheros dijo que se ha pasado, de calificar a la religión como “el opio del pueblo”, como en los regímenes marxistas, a tratarle como el “tabaco del pueblo”. “De un vicio que debe ser eliminado a un mal que debe ser combatido y de preferencia erradicado, por lo menos en los lugares públicos”, dijo Traslosheros.
El académico de la UNAM agregó que “existe una tendencia cada vez más pronunciada, sobre todo en los medios intelectuales y de comunicación occidentales, que podemos calificar de sacrofobia, de aversión a lo sagrado”.
El Simposio ha sido organizado por el Fondo Becket para la Libertad Religiosa, los Caballeros de Colón y la Arquidiócesis de México.