ROMA, miércoles 25 de noviembre de 2009 (ZENIT.org).- Toda universidad católica tiene por vocación hacer que el Evangelio se encarne en la vida de sus alumnos y de la sociedad en la que irradia su actividad, constata el cardenal Óscar Rodríguez Maradiaga, arzobispo de Tegucigalpa tras la asamblea general de la Federación Internacional de las Universidades Católicas (FIUC).
«Creemos que la universidad católica es promotora del auténtico desarrollo, de un desarrollo integral porque educando la mente se educa la persona total, no solamente hay que pensar en el aspecto científico», aclara.
El purpurado salesiano tuvo una de las intervenciones magistrales en la asamblea de la FIUC, que reúne a 207 instituciones de educación superior de 56 países en los cinco continentes, celebrada en Roma con el lema «Ex corde Ecclesiae frente a los desafíos del siglo XXI» del 16 al 20 de noviembre.
Visión cristiana
En una entrevista concedida a ZENIT, el purpurado considera que la misión de la universidad católica consiste en «dar la visión cristiana, la visión del ser humano según la antropología, según la teología, según la filosofía, y esto quiera que no tiene repercusiones en lo social, en lo político, en lo económico, en lo cultural».
«Aspiramos a que todos aquellos que pasan por una universidad católica sean agentes de un cambio para que haya un desarrollo armónico, equitativo para todos», aclara el purpurado que debería haber acogido este encuentro en julio en Honduras, pero que ha tenido que celebrarse en Roma a causa de la crisis política que vive el país.
«Estamos convencidos de que el ser humano, precisamente por su dimensión trascendente, puede ser un agente de cambio, la doctrina social de la Iglesia no es una teoría, es llevar el Evangelio a la praxis y por consiguiente el Evangelio es fuerza de transformación».
«Cuando vemos la actitud del Señor Jesucristo frente al mal, frente al pecado, y al mismo tiempo la actitud de misericordia frente al pecador nos damos cuenta de que lo que el Señor busca es la transformación del ser humano, una transformación para bien».
Promotoras de la doctrina social
«La doctrina social de la Iglesia puesta en práctica a través de todos aquellos que pasan por la universidad católica es el mejor combate contra la injusticia, contra la pobreza, contra todos aquellos males que aquejan especialmente a América Latina», afirma.
Pero ante quienes dicen en Latinoamérica que Cristo fue el primer comunista, el cardenal Maradiaga responde que «eso quiere decir que ni conocen a Jesucristo ni conocen al comunismo».
«El Señor Jesús trae nos llama a a ser como Él, es decir, Él es el prototipo del hombre nuevo. Él se encarnó y se hizo uno como nosotros para darnos un horizonte. El ser humano está llamado a crecer y a llegar a su estatura».
«Dios se acerca y se hace hombre y se hace Dios porque quiere levantarnos a la dignidad de hijos de Dios».
No es una cuestión económica
Por último, a raíz de la experiencia de las universidades católicas en América Latina, el cardenal asegura que «no se necesitan siempre demasiados medios económicos para poder tener universidades de calidad».
«Yo creo que esto en muchas partes desanima, viendo los costos y cómo se necesitan instalaciones muy sofisticadas. Es cierto, hay exigencias, por ejemplo de la Unión Europea o de los países nórdicos etc., que son muy grandes pero, ciertamente en América Latina tenemos universidades de calidad, y no necesitamos demasiados medios económicos».
Por Mercedes de la Torre