ROMA, jueves 26 de noviembre de 2006. (ZENIT.org) Comienza mañana la visita ad Limina Apostolorum de la región “Sur tres”, de los obispos de Brasil, que comprende los estados de Río Grande y Santa Catalina en el sur este del país.
Debido a la extensión y al gran número de católicos, en Brasil la visita ad Límina Apostolorum, que realizan los obispos de las diversas diócesis del mundo cada cinco años, se ha dividido en 13 grupos.
ZENIT habló con monseñor Alessandro Ruffinoni, obispo auxiliar de la arquidiócesis de Porto Alegre, cuyo trabajo pastoral se ha focalizado especialmente hacia los inmigrantes. El prelado intervino en el congreso “Desafíos actuales de una Iglesia en camino”, que se realizó este jueves en la Pontificia Universidad Urbaniana de Roma.
-¿Cuáles son las expectativas de esta visita ad limina?
Monseñor Alessandro Ruffinoni: Son muchas porque venimos obispos de los estados de Río Grande y Santa Catalina. A partir de mañana estaremos con varias congregaciones y dicasterios para discutir acerca de la realidad que vivimos en nuestras regiones. También hablaremos de las dificultades que encontramos y especialmente queremos escuchar lo que nos proponen. Queremos amar nuestro trabajo de obispos y pastores. Es mi primer visita ad Limina porque hace cuatro años soy obispo. Sin duda, es para mí un momento emocionante, sobretodo por el encuentro con el Papa.
–¿Cuáles son los principales desafíos evangelizadores de la arquidiócesis de Porto Alegre y de esta región del Brasil ?
Monseñor Alessandro Ruffinoni: Es una arquidiócesis de 3.500.000 habitantes, es una gran región donde los principales desafíos que tenemos son la formación del clero, tener más sacerdotes, el aumento de las sectas y sobretodo una formación de nuestros laicos para formar otros laicos porque nosotros les confiamos muchas tareas pastorales. Deben prepararse y preparar a los otros a resistir a las denominaciones religiosas que prometen salud, éxito, y que a veces, cuando uno está un poco desesperado porque no tiene salud, ellos trabajan fácilmente para que se adhieran a estas sectas.
-Y su expansión es cada vez más fuerte… ¿por qué?
Monseñor Alessandro Ruffinoni: No quiero criticar pero hay algo real: pienso que esto ocurre porque las sectas se basan en el milagro, la cura, el éxito económico de manera que la gente desesperada que necesita salud o trabajo para mejorar su vida, fácilmente cae en brazos de estas denominaciones. Nosotros católicos, por no haber acogido a algunas personas, éstas se han sentido rechazadas y acogidas en otras religiones. Por eso como Iglesia debemos hacer un examen de conciencia y acoger a las personas que están presentes en la diócesis.
-En cuanto a la pastoral de los inmigrantes ¿cómo se desarrolla tanto en Porto Alegre como en Brasil?
Monseñor Alessandro Ruffinoni: La pastoral de los inmigrantes está presente en todas las diócesis. Tenemos la Semana del inmigrante cada año en junio. Tenemos muchos extranjeros e internos. En nuestra región tenemos muchos de países limítrofes: Argentina, Chile, Paraguay además muchos países orientales. Pero la mayoría vienen de otros estados del país para encontrar trabajo y una situación mejor de vida porque Rio Grande es considerado uno de los estados de mayor progreso económicamente.
-¿Cómo ve que se están aplicando en esta región las acciones planteados en la V conferencia del episcopado latinoamericano y del Caribe que se realizó en Aparecida en el año 2007?
Monseñor Alessandro Ruffinoni: Es un documento que es necesario ponerlo en práctica correctamente. Se habla mucho de conversión pastoral. Es necesario seguir haciendo la pastoral como se hacía antiguamente. Aparecida nos invita a una conversión de nosotros: sacerdotes, obispos, de nosotros cristianos y luego a una conversión pastoral: que se hace con las estructuras que tenemos, cómo usarlas mejor, cómo acoger mejor a las personas, cómo salir al encuentro de estas personas que tienen sed de Dios. Este es un gran desafío de Aparecida y de la misión continental. Será un compromiso de la Iglesia de América Latina de evangelizar continuamente. Ir a encontrar a los hermanos que están cerca y aquellos que se han alejado de la fe.
-¿Cuáles cree que son las características principales de la fe de la gente de Porto Alegre. ¿Qué pueden entregar a la Iglesia universal?
Monseñor Alessandro Ruffinoni: El pueblo brasilero es básicamente creyente. Es necesario purificar algunas cosas pero es un pueblo que necesita de lo espiritual, que tiene sed de Dios y por ello es necesario evangelizarlo bien. Si nosotros nos contentamos con preparar a las personas pero no les damos nada, ellos desaparecerán porque hay otras personas que salen a su encuentro. Diría que el pueblo de Río Grande tiene fe. Es verdad que hay realidades exigentes que comienzan a abandonar esta fe, que hay indiferencia, pero la mayoría del pueblo tiene sed de Dios.
[Por Carmen Elena Villa]