JERUSALÉN, martes 24 de noviembre de 2009 (ZENIT.org).- La Fundación Internacional Raoul Wallenberg anuncia la conclusión de una investigación histórica que documenta la ayuda que ofreció el Papa Juan XXIII a los judíos perseguidos durante el Holocausto.
Según el estudio, antes de ser Papa, cuando era nuncio apostólico salvó numerosas vidas de judíos de Europa del Este, ayudándoles a emigrar a Tierra Santa.
La noticia ha sido confirmada por la Fundación en un comunicado enviado a ZENIT en la víspera del 25 de noviembre, 128 cumpleaños de Angelo Giuseppe Roncalli, su nombre de pila.
"Su papado se destacó por su actitud de acercamiento entre la Iglesia católica y el judaísmo, cuya mayor expresión se vio plasmada en el Concilio Vaticano II", explica la institución fundada por Baruch Tenembaum, pionero del diálogo interreligioso.
"Menos conocido fue su papel precedente a su elección como Papa, durante el Holocausto, en la década de los años 40, mientras era delegado apostólico en Estambul, donde usó todos sus recursos políticos, intelectuales y afectivos para salvar al mayor numero posible de victimas judías del cruel aparato de exterminio nazi", explica la Fundación.
"Una investigación conjunta de la Fundación Wallenberg y del Comité Roncalli, con la participación de destacados historiadores, revela la valiente actitud del delegado apostólico, quien aprovechó las prerrogativas diplomáticas de su cargo a fin de enviar certificados de bautismo y de inmigración a Palestina a los judíos de Hungría".
"Su intervención se extendió a favor de los judíos de Eslovaquia y de Bulgaria y se multiplicó a favor de muchas más víctimas del nazismo", asegura la Fundación.
"La Fundación Wallenberg y el Comité Roncalli entregarán los resultados de dichas investigaciones a Yad Vashem (la autoridad nacional israelí del Holocausto), con la firme recomendación de que esta prestigiosa entidad le otorgue el titulo de 'justo entre las naciones' a Angelo Giuseppe Roncalli", afirma el comunicado.
"Con el propósito de honrar la memoria de Roncalli y educar a las jóvenes generaciones sobre su legado de solidaridad, ambas instituciones realizan un llamamiento conjunto a los alcaldes de todas las ciudades del mundo, instándolos a que emplacen estatuas y bustos conmemorativos de Roncalli en lugares públicos y emblemáticos de sus respectivas ciudades", explica la Fundación.
"Todos los seres humanos de buena voluntad, sin distinción de credo ni raza, deben reconocer la gesta heroica de Angelo Roncalli y tienen la obligación moral de inculcar su legado a las jóvenes generaciones", concluye la institución, cuyo fundador es judío.