WASHINGTON, D.C., jueves 10 de diciembre de 2009 (ZENIT.org).- El presidente de la Conferencia Episcopal de Estados Unidos calificó la decisión del Senado de rechazar una enmienda para evitar que los fondos federales se destinen a financiar el aborto, de “duro golpe” a la reforma sanitaria.
El cardenal Francis George, arzobispo de Chicago, dijo esto ayer, después de que el Senado votase el pasado lunes, con resultado 54-45, contra la enmienda Nelson-Hatch-Casey, propuesta por los senadores Ben Nelson, Orrin Hatch y Robert Casey.
Una medida similar había sido aprobada por la Cámara de Representantes, allanando el camino para pasar de allí al Affordable Health Care for America Act.
«El Senado está haciendo caso omiso de la promesa hecha por el Presidente Obama, y de la voluntad del pueblo estadounidense, al no incorporar las antiguas prohibiciones de destinar fondos federales para el aborto y los planes que incluyen el aborto», dijo el cardenal George.
«Si bien lamentamos la negativa del Senado a aprobar la enmienda Nelson-Hatch-Casey, seguimos confiando en que las medidas de protección aprobadas abrumadoramente por la Cámara se incorporará a la necesaria ley de reforma», añadió. «El fracaso en excluir la promoción del aborto transformará a los aliados en adversarios y obligará a que nosotros y otros nos opongamos a este proyecto de ley, ya que abandona tanto los principios como los precedentes».
Error fundamental
Monseñor William Murphy, presidente del Comité de los obispos sobre Justicia Nacional y Desarrollo Humano, considera que el fracaso del Senado para mantener el aborto fuera de la reforma sanitaria un “defecto fundamental de la legislación».
«La nación necesita urgentemente una reforma de salud que proteja la vida, la dignidad, la conciencia y la salud de todos», señaló.
Monseñor Murphy afirmó que los obispos seguirán trabajando con el Congreso y la administración de Obama «para lograr que la reforma se ajuste a esos criterios», y subrayó la necesidad de atender también «los graves problemas relacionados con los derechos de la conciencia, la viabilidad y el tratamiento a los inmigrantes».
El cardenal Daniel DiNardo, arzobispo de Galveston-Houston y presidente del Comité episcopal sobre Actividades Pro-Vida, instó al Senado a «separar los hechos y la verdad de la retórica política sobre la financiación del aborto».
«Incluso nuestros oponentes dicen que no apoyan la financiación federal para los abortos voluntarios y quieren que se apliquen las actuales restricciones», dijo. «La manera de resolver este debate, a menudo engañoso, es sencilla, clara y explícitamente, aplicar restricciones Hyde a todos los fondos federales en la legislación».
«Eso es lo que la Cámara hizo y lo que la ley definitiva debe hacer», añadía el cardenal. «El Senado no debe aprobar este proyecto de ley en su forma actual».
[Traducción del inglés por Inma Álvarez]
