ITAJAÍ, jueves 17 de diciembre de 2009 (ZENIT.org).- El sacerdote brasileño Alvino Broering fue asesinado a cuchilladas la madrugada de este lunes en la ciudad brasileña de Itajaí, por una persona que después le robó su automóvil, según la policía.
Tras el ataque, el sacerdote fue trasladado al hospital Marieta Konder Bornhausen, donde lo sometieron a una intervención quirúrgica, pero finalmente no pudo recuperarse de las heridas sufridas.
El arzobispo de Florianopolis, monseñor Murilo Krieger, presidió los funerales de Alvino Broering, que era capellán de la Universidad del Valle de Itajaí y director de la Radio Comunitaria Conceiçao FM.
El asesinato ocurrió al norte de Santa Catarina, el mismo Estado donde el sacerdote Evaldo Martiol fue asesinado el pasado 26 de septiembre.
Sólo tres días antes del sexto asesinato de un sacerdote en Brasil en lo que va de año, el Consejo Episcopal de Pastoral de la Conferencia Nacional de Obispos de Brasil publicó una declaración sobre la creciente violencia en el país.
En el texto, los obispos afirman que continuarán comprometidos contra las prácticas violentas y en la lucha por la justicia y la paz.
En 2009, la Iglesia católica en Brasil ha perdido seis sacerdotes víctimas de homicidios: Gisley Azevedo Gomes, Ruggero Ruvoletto, Evaldo Martiolo, Ramiro Ludeño, Hidalberto Henrique Guimarães y ahora Alvino Broering.
Otros sacerdotes también han sido atacados, como es el caso del misionero comboniano Joaquim Fonseca, que trabaja en Roraima, y del sacerdote polaco Mário Uztazewisck, a quien un hombre intentó prender fuego este domingo mientras celebraba la misa para los niños en su parroquia del municipio de Tanabe.