Llamamiento de los cristianos iraquíes al mundo: “No nos abandonéis”

Monseñor Warduni: “Hay un plan que quiere hacer mella en nosotros”

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BAGDAD, viernes, 18 diciembre 2009 (ZENIT.org).- “A todos los cristianos del mundo decimos: No nos abandonéis”, confiesa monseñor Shlemon Warduni, obispo auxiliar caldeo de Bagdad, tras los últimos atentados contra los cristianos y sus iglesias en Irak.

En una entrevista a la agencia Fides, el prelado afirma que la situación iraquí “suscita preocupación y dolor”. La guerra y la ocupación militar han traído inestabilidad política e ingobernabilidad, ocasionando “miseria y destrucción” y obligando a un tercio de la comunidad cristiana del país a emigrar.

“Es una tragedia de amplias dimensiones que hay que hacer ver a los ojos del mundo”, declara.

La falta de planificación política, constata, “ha ocasionado la proliferación del terrorismo, que hoy tiene su agenda y desestabiliza al país”.

“Los atentados contra las iglesias y los ataques a los cristianos prosiguen –añade–: en las últimas dos semanas se han producido explosiones en tres iglesias de Mosul, por no hablar de Bagdad, donde hace tres meses un coche bomba deante de la iglesia mató a dos jóvenes, hirió a 30 y causó gran destrucción material. La tranquilidad es sólo una pequeña pausa entre dos atentados”. Monseñor Warduni confiesa que estos episodios “repercuten muy negativamente sobre los cristianos”. “Siembran temor y nos privan de la esperanza”.

“Hay un plan que quiere hacer mella en nosotros. Colocar diez artefactos explosivos contra las iglesias en el mismo día tiene un preciso significado de intimidación”.

El prelado ha rechazado la propuesta de reunir a todos los cristianos iraquíes en el territorio de la Llanura de Nínive, definiéndola “un proyecto absurdo e insensato”.

“Significaría reducir a los cristianos a un gheto, meterlos en una jaula, aplastarlos en medio del conflicto entre árabes y kurdos. Cristo nos dijo que anunciáramos la buena noticia a todo el mundo: estamos llamados a ser sal, luz y levadura para el país. No pueden confinarnos en un único territorio basándose en la pertenencia religiosa”.

“No pedimos ningún trato de favor sino sólo el respeto de la dignidad, de nuestras libertades y de los derechos fundamentales: vivir en paz, anunciar el Evangelio y contribuir a construir nuestro país”.

Para que esto sea posible, monseñor Warduni sostiene que es necesario por parte de la comunidad internacional “un apoyo más fuerte y decidido”.

“Los gobiernos que promueven la democracia y los derechos humanos, dispuestos a tutelar sus intereses económicos en Irak, deberían comprometerse a erradicar el terrorismo y promover paz y legalidad en Irak”.

Del mismo modo, los cristianos iraquíes piden al Papa y a todos los cristianos del mundo: “Apoyadnos, no nos abandonéis”.

El mismo monseñor Warduni afirma en “Baghdadhope” [un blog dedicado a Irak] que los cristianos iraquíes tienden a huir del país porque “no están bien protegidos” por el Gobierno y los ocupantes.

“Todos están siempre dispuestos a declarar solidaridad y cercanía a la comunidad cristiana pero en realidad los cristianos no son tan apreciados –subraya–. Somos un blanco también políticamente porque toda parte política quiere atraer la atención en su órbita para sus propios fines. Nos han hecho siempre muchas promesas pero queremos hechos. Nunca hemos hecho el mal, nunca hemos actuado con violencia, hemos siempre deseado la paz para todo Irak”.

“De palabra, todos nos recuerdan lo importante que es y será la comunidad cristina para el renacimiento de Irak pero nadie actúa con hechos para detener el río de la fuga. Demasiadas promesas no han sido mantenidas”.

Por su parte, monseñor Louis Sako, arzobispo de Kirkuk, declaró a AsiaNews que en Mosul se está practicando una “limpieza étnica y religiosa” que se ha agudizado “con la  inminencia de la Navidad”.

“La situación es muy tensa –señala–. La semana pasada, fueron asesinados dos hermanos cristianos, otros dos fueron secuestrados. ¿Dónde está el gobierno local? ¿Dónde está el gobierno central? ¿Dónde están quienes representan a los partidos en el poder?”.

Según el prelado, hacen falta un “poder fuerte”, capaz de rechazar la violencia, y “una declaración fuerte, en nombre de las Iglesias y de los partidos cristianos, para decir que estamos firmes, que estamos por Irak, por la paz y la convivencia entre las etnias y las religiones”. “Destruir este mosaico –concluye- es como destruir todo Irak”.

[Traducido del italiano por Nieves San Martín]

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ZENIT Staff

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