HONG KONG, domingo 20 de diciembre de 2009 (ZENIT.org) – La diócesis de Macao cuenta, desde este verano, con dos seminaristas por primera vez desde hace 17 años, informa Eglises d’Asie, la agencia de las Misiones extranjeras de París (MEP).
Los jóvenes Tomás de Aquino Hoi Ka-tak, de 18 años, y Domingo Cheong Iau-chong, de 20, estudian en el seminario mayor del Espíritu Santo, en Hong Kong, ya que el seminario de San José de Macao cerró sus puertas en 1994 por falta de estudiantes.
Tomás de Aquino Hoi pertenece a una familia no católica. Fue su escolarización en un colegio de los salesianos lo que le permitió descubrir la fe y unirse a la Iglesia.
Impresionado por el testimonio de vida de varios sacerdotes, se convirtió y, después de algunos años de catequesis, recibió el bautismo a la edad de 15 años.
Cuando les confió a sus padres su deseo de ser sacerdote, ellos se inquietaron. Habían visto en los periódicos que, en algunos países, los sacerdotes habían abusado sexualmente de jóvenes, y pensaban que los estudios en el seminario no le ayudarían a crecer.
Para Domingo Cheong, la elección por el sacerdocio fue un poco diferente. Nacido en una familia católica desde hace tres generaciones, fue madurando su decisión poco a poco.
Un viaje a Corea del Sur en 2007 le confirmó en su opción de vida. Ese año, en cooperación con una organización internacional de laicos que trabajan en la promoción de las vocaciones llamada Club Serra, la diócesis de Macao había organizado un viaje a la dinámica Iglesia católica de Corea del Sur para dar a conocer a los jóvenes de Macao una nueva experiencia de Iglesia.
Hoy y Cheong participaron en el viaje y, para Cheong, supuso la ocasión de darse cuenta de que los sacerdotes en Macao eran cada vez más mayores y que no se había manifestado ninguna vocación local desde el 1992.
A raíz de este viaje, decidió comprometerse con el sacerdocio.
El Padre Domingo Un Wai-meng preside la Comisión para las vocaciones de la diócesis de Macao.
En 1992, año de su ordenación, él formó parte de la última promoción de sacerdotes diocesanos formados en Macao.
Ver a dos chicos jóvenes que se preparan para el sacerdocio para Macao provoca en él una auténtica alegría, “y más especialmente este año del sacerdocio”, señala.
Él explica que Domingos Cheong estaba comprometido desde pequeño en un coro de niños y que Tomás de Aquino Hoi ha participado activamente en un servicio caritativo de ayuda a los más pobres de Macao y de la China continental.
Por su parte, Cheong y Hoi son muy conscientes de escasean hombres como ellos. Atribuyen la falta de vocaciones locales al hecho de que los jóvenes católicos de Macao no son diferentes a los demás jóvenes.
Están más atraídos por una existencia hecha de placeres materiales que por el estilo de vida, sencillo y despojado, de un sacerdote.
A ello se añade el miedo al celibato. Tomás de Aquino Hoi espera, sin embargo, que la decisión que ha tomado anime a otros jóvenes, por ahora reacios, a dar el paso y responder a la llamada al sacerdocio.
Domingo Cheong agrega que conoce a algunos de estos jóvenes y cree que algunos se unirán en los próximos años.
Los dos afirman esperar que los laicos recen todavía más por las vocaciones y promocionen la vida sacerdotal y la religiosa.
Cuando sea sacerdote, Tomás de Aquino Hoi se imagina sirviendo en una parroquia. En su opinión, los católicos en Macao manifiestan “una fuerte piedad y una fe sencilla”, pero no viven plenamente el mensaje de Cristo de “amarse los unos a los otros”.
La llamada al sacerdocio a la que el responde le llevará, una vez ordenado sacerdote, “a ayudarles a profundizar en su fe para que vivan según el espíritu del Evangelio”, explica a la agencia Ucanews.
Actualmente, Macao cuenta con 20.000 católicos sobre una población de 450.000 habitantes, y tiene una sola diócesis, con 22 sacerdotes diocesanos y 40 sacerdotes religiosos.