CIUDAD DEL VATICANO, miércoles 23 de diciembre de 2009 (ZENIT.org).- El reciente reconocimiento oficial de las virtudes heroicas de Pío XII no debe interpretarse como un acto contra el pueblo judío, y se espera que no obstaculice el diálogo entre la Iglesia católica y el judaísmo.
Así lo señala el portavoz vaticano, padre Federico Lombardi, S.I., en una extensa nota aclaratoria para Radio Vaticano hecha pública este miércoles ante las reacciones suscitadas por la firma, por parte del Papa, del decreto de reconocimiento de las virtudes heroicas de Pío XII, el pasado sábado 19 de diciembre.
“La reciente firma del decreto no debe de ningún modo leerse como un acto hostil contra el pueblo judío y se augura que no se considere como un obstáculo en el camino del dialogo entre el judaísmo y la Iglesia católica”, indica la nota.
“Se augura al contrario que la próxima visita del Papa a la Sinagoga de Roma sea ocasión para reafirmar y reforzar con gran cordialidad estos vínculos de amistad y estima”, añade.
Ello hace referencia a la visita que Benedicto XVI tiene previsto realizar ala sinagoga de Roma el próximo 17 de enero, con ocasión de la 21 jornada de diálogo judeocristiano.
El padre Lombardi reconoce en la nota que la firma del decreto “puede necesitar algunas explicaciones para un público más amplio, en particular el judío, como es comprensible, muy sensible a todo lo que tiene que ver con el periodo histórico de la segunda guerra mundial y del Holocausto”.
Por ello, ha publicado la nota aclaratoria, que explica que cuando el Papa firma un decreto de este tipo, confirma la valoración positiva de la Congregación para las Causas de los Santos sobre el hecho de que “el candidato ha vivido de modo eminente las virtudes cristianas y manifestado su fe, su esperanza y su caridad en grado superior a lo que se espera normalmente de los fieles”.
El portavoz vaticano continúa explicando que en esa valoración se tienen en cuenta “las circunstancias en las que la persona ha vivido”, pero la valoración se refiere esencialmente al testimonio de vida cristiana dado por la persona “y no la valoración de la importancia histórica de todas sus decisiones operativas”.
También recuerda que, “beatificando a un hijo suyo, la Iglesia no celebra particulares opciones históricas realizadas por él, sino que más bien lo señala para la imitación y la veneración por sus virtudes en alabanza de la gracia divina que resplandece en ellas”.
“Esto no pretende en absoluto limitar la discusión sobre las elecciones concretas llevadas a cabo por Pío XII en la situación en la que se encontraba”, advierte.
Al mismo tiempo, indica que “la Iglesia afirma que se realizaron con la pura intención de proceder lo mejor posible al servicio de altísima y dramática responsabilidad del pontífice”.
“En todo caso, la atención y la preocupación de Pío XII por la suerte de los judíos – cosa que ciertamente es relevante para la valoración de sus virtudes – están atestiguadas de manera amplia, y reconocidas también por muchos judíos”, afirma el padre Lombardi.
De todas maneras, el portavoz destaca que queda abierta también en el futuro “la búsqueda y la valoración de los historiadores en su campo específico”.
Por otra parte, el padre Lombardi explica en la misma nota que, aunque los decretos sobre las virtudes heroicas del Papa Juan Pablo II y de Pío XII fueron promulgados el mismo día, “esto no significa un “emparejamiento” de ambas causas de ahora en adelante”.
“Las dos causas son del todo independientes y seguirán cada una su propio recorrido -asegura-. No hay por tanto ningún motivo para hipotizar sobre una eventual beatificación contemporánea”.
“Finalmente -concluye la nota-, las disposiciones de gran amistad y respeto del Papa Benedicto XVI hacia el pueblo judío han sido ya atestiguadas muchísimas veces y encuentran en su propio trabajo teológico un testimonio innegable”.