CIUDAD DEL VATICANO, jueves 22 de enero de 2010 (ZENIT.org).- Como es tradición el día de la memoria litúrgica de Santa Inés, Benedicto XVI bendijo este jueves dos corderos cuya lana servirá para confeccionar los palios que el Papa entregará a los nuevos arzobispos metropolitanos el 29 de junio.
“El palio es una insignia litúrgica de honor y de jurisdicción que usan el Papa y los arzobispos metropolitanos en sus Iglesias y en las de sus Provincias”, explica un comunicado de la Oficina de Información de la Santa Sede.
Se compone de una banda de lana blanca sobre la que destacan seis cruces de seda negra y, en los arzobispos metropolitanos, muestra la comunión con el sucesor de Pedro y la solicitud que deben tener como pastores que cargan con la oveja.
La ceremonia de bendición de los corderos tuvo lugar este mediodía en la capilla Urbano VIII del palacio apostólico vaticano.
Los dos corderos son criados por las religiosas de San Lorenzo en Panisperna, de Roma, y son presentados al Papa por los Canónigos Regulares de Letrán, que atienden espiritualmente la basílica de Santa Inés Extramuros.
Antiguamente, en occidente, el «palio» era el nombre de un ornamento propio del Sumo Pontífice desde el siglo V. Pasó a ser de uso ordinario para los arzobispos a partir del IX.
El emblema de Santa Inés es un cordero, por la similitud de su nombre (en latín Agnes) con la palabra cordero (en latín agnus).
Luego, los corderos fueron llevados a la Basílica de Santa Inés, en la Vía Nomentana de Roma, donde está enterrada la santa, para ser criados por los padres trapenses de la Abadía de las Tres Fuentes.
Los palios serán confeccionados posteriormente por las monjas benedictinas de Santa Cecilia con la lana recién esquilada.
Después se colocarán en un cofre sobre la tumba de San Pedro en la Basílica Vaticana, y en la Misa de la fiesta de San Pedro y San Pablo (29 de junio), serán bendecidos y entregados solemnemente por el Papa a los arzobispos nombrados durante el año.