Dos gestos inesperados del Papa por la comunión en la Iglesia

El portavoz vaticano asegura que se trata de algo prioritario

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CIUDAD DEL VATICANO, domingo, 4 de julio de 2010 (ZENIT.org).-  Para Benedicto XVI, la comunión en la Iglesia constituye la prioridad, motivo por el cual ha dado pasos que han sorprendido a la opinión pública, explica su portavoz.

El padre Federico Lombardi S.I., director de la Oficina de Información de la Santa Sede, ha analizado en el último editorial del semanario “Octava Dies”, del Centro Televisivo Vaticano, dos audiencias que han servido para cicatrizar heridas dentro del episcopado católico.

El  28 de junio el Papa mantuvo una reunión con el cardenal Christoph Schönborn, arzobispo de Viena, y con el cardenal Angelo Sodano, decano del Colegio Cardenalicio, en la que el pontífice dejó claro que los cardenales no pueden hacerse acusaciones.

El el 1 de julio el obispo de Roma recibió al arzobispo emérito de Augsburgo, monseñor Walter Mixa, para confirmar su renuncia por “equivocaciones y errores” que han llevado a una pérdida de confianza, pero al mismo tiempo para pedir al episcopado alemán acogida y ayuda para ese prelado.

“El Papa ha repetido varias veces que los peligros y las tentaciones más graves para la Iglesia vienen de su interior. En tiempos difíciles, como aquellos que atravesamos, las tensiones inducidas desde el exterior hacen también más fácil emerger tensiones internas y esto contribuye a aumentar confusión e incertidumbre”, asegura el padre Lombardi.

Las audiencias del Papa a los cardenales Schönborn y Sodano, así como al arzobispo emérito de Ausburgo, demuestran “que se empeña en primera persona con todo esfuerzo para resanar las tensiones e incomprensiones que afligen a la comunidad”, sigue indicando el portavoz.

El padre Lombardi cita el comunicado emitido por la Santa Sede al final de la audiencia del Papa a monseñor Mixa: «En un tiempo de enfrentamientos e inseguridades, el mundo espera de los cristianos su testimonio concorde que, en base a su encuentro con el Señor Resucitado, pueden ofrecer y en el cual son de ayuda unos a otros como también a toda la sociedad, para encontrar el buen camino para el futuro».

El portavoz concluye: “Estos son los sentimientos del Papa, su testimonio exquisitamente evangélico y claro. Debemos seguirle”.

El padre Federico Lombardi S.I., director de la Oficina de Información de la Santa Sede, ha analizado en el último editorial del semanario «Octava Dies», del Centro Televisivo Vaticano, dos audiencias que han servido para cicatrizar heridas dentro del episcopado católico.

El  28 de junio el Papa mantuvo una reunión con el cardenal Christoph Schönborn, arzobispo de Viena, y con el cardenal Angelo Sodano, decano del Colegio Cardenalicio, en la que el pontífice dejó claro que los cardenales no pueden hacerse acusaciones.

El el 1 de julio el obispo de Roma recibió al arzobispo emérito de Augsburgo, monseñor Walter Mixa, para confirmar su renuncia por «equivocaciones y errores» que han llevado a una pérdida de confianza, pero al mismo tiempo para pedir al episcopado alemán acogida y ayuda para ese prelado.

«El Papa ha repetido varias veces que los peligros y las tentaciones más graves para la Iglesia vienen de su interior. En tiempos difíciles, como aquellos que atravesamos, las tensiones inducidas desde el exterior hacen también más fácil emerger tensiones internas y esto contribuye a aumentar confusión e incertidumbre», asegura el padre Lombardi.

Las audiencias del Papa a los cardenales Schönborn y Sodano, así como al arzobispo emérito de Ausburgo, demuestran «que se empeña en primera persona con todo esfuerzo para resanar las tensiones e incomprensiones que afligen a la comunidad», sigue indicando el portavoz.

El padre Lombardi cita el comunicado emitido por la Santa Sede al final de la audiencia del Papa a monseñor Mixa: «En un tiempo de enfrentamientos e inseguridades, el mundo espera de los cristianos su testimonio concorde que, en base a su encuentro con el Señor Resucitado, pueden ofrecer y en el cual son de ayuda unos a otros como también a toda la sociedad, para encontrar el buen camino para el futuro».

El portavoz concluye: «Estos son los sentimientos del Papa, su testimonio exquisitamente evangélico y claro. Debemos seguirle».

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ZENIT Staff

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