CIUDAD DEL VATICANO, miércoles 7 de julio de 2010 (ZENIT.org).- El diario de la Santa Sede pide en titulares libertad de expresión para la Iglesia católica en Venezuela después de los insultos que ha pronunciado el presidente de ese país, Hugo Chávez, contra el cardenal Jorge Liberato Urosa Savino.
«Libertad de expresión para la Iglesia en Venezuela» es el título del artículo que publica en la edición italiana de este 8 de julio «L’Osservatore Romano», con el que informa de los hechos.
«La Iglesia católica en Venezuela rechaza con determinación la incalificable agresión verbal de la que ha sido objetivo el cardenal arzobispo de Caracas», dice el artículo del diario vaticano al recoger las primeras reacciones emitidas por los representantes eclesiales.
Hugo Chávez, recuerda «L’Osservatore Romano», «en los días pasados ha echado gasolina al fuego de las relaciones Iglesia-Estado. Lo ha hecho en dos ocasiones, aprovechando las celebraciones del bicentenario de la indepencia nacional».
«Precisamente el 5 de julio, dirigiéndose a la Asamblea Nacional en una solemne sesión conmemorativa, Chávez dirigió insultos muy duros al purpurado, que recientemente había denunciado el cierre de muchos medios de comunicación de la oposición y había invitado al Gobierno a respetar los derechos democráticos reconocidos por la Constitución, Insultos repetidos también en una transmisión televisiva», informa el diario vaticano.
El secretario general de la Conferencia Episcopal de Venezuela, el obispo Jesús González de Zárate Salas, en una entrevista a la red Globovisión, ha rechazado las acusaciones y se ha convertido en portavoz de las manifestaciones de solidaridad que ha recibido el cardenal de parte de todo el país.
En la misma línea, el Consejo Presbiteral de la arquidiócesis de Caracas ha emitido un comunicado, en el que recuerda que, «como ciudadano venezolano, el cardenal Jorge Urosa Savino tiene pleno derecho y deber de opinar y contribuir al bien común, según su amplia preparación cultural y sus convicciones personales».
«Como arzobispo de Caracas tiene pleno derecho, más aún, tiene el sagrado deber de orientar a los católicos acerca de los principios y valores religiosos y morales que están en juego en la actual coyuntura social y política de nuestro país. Esto es parte irrenunciable de su oficio de Pastor principal de nuestra Iglesia caraqueña y de miembro eminente del episcopado venezolano».
«En este sentido es de destacar que todas sus declaraciones públicas en temas que afectan a la colectividad y por tanto al bien común, han sido muy puntuales y específicas y han sido hechas desde el plano de los grandes principios del Evangelio, y desde la aplicación sistemática de éste al campo de los temas sociales, es decir, desde la doctrina social de la Iglesia», afirma el Consejo Presbiteral.
«En sus palabras –añade–, el Presidente de la República ha desconocido públicamente y ha exhortado a desconocer la legitimidad de los pastores que han sido elegidos por el Santo Padre el Papa, Sucesor de San Pedro. En tal sentido, rechazamos la pretensión de injerencia del Primer Magistrado sobre las decisiones internas de la Iglesia, en lo que concierne a la designación de los miembros de su Jerarquía. El Santo Padre, como Pastor Universal de la Iglesia Católica, goza de total autonomía y libertad para nombrar a los obispos para las diversas sedes diocesanas en el mundo entero y para instituir a los miembros del Colegio Cardenalicio».
«El clero de la arquidiócesis, junto con sus feligreses, reitera su inquebrantable comunión con el arzobispo de Caracas, el cardenal Jorge Urosa Savino, nuestro legítimo Pastor», concluye el comunicado.