CIUDAD DEL VATICANO, viernes, 9 julio 2010 (ZENIT.org).- Publicamos la carta que ha enviado Benedicto XVI al cardenal Tarcisio Bertone, s.d.b. secretario de Estado, con motivo del quincuagésimo aniversario de su ordenación sacerdotal.
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Al Venerado Hermano Nuestro
Cardenal Tarcisio Bertone, s.d.b.
Secretario de Estado y Camarlengo de la santa Iglesia romana
Dado que existe entre nosotros una recíproca y asidua familiaridad, que deriva del hecho de encontrarnos casi diariamente juntos, es digno y justo que dirija en persona la expresión de felicitación de nuestro ánimo a ti, que cumples el quincuagésimo año de ordenación presbiteral. Con todo, además de esta tarea, para nosotros muy grata, a través de esta carta nuestra deseamos comunicarte nuestro pensamiento, a fin de que nuestra consideración respecto a tu persona resulte más manifiesta.
Mientras atravesamos tiempos difíciles, te invitamos a que recuerdes las cosas más gozosas del pasado, cuando por la imposición de manos del venerado hermano Albino Mensa, fuiste promovido al orden sagrado, rodeado de familiares y hermanos religiosos. No escapa a nuestra atención cuánto, a continuación, perfeccionado en las materias jurídicas, te dedicaste a educar y a guiar con la enseñanza y los escritos a los jóvenes, tanto dentro como fuera de tu familia salesiana.
Por lo tanto, no suscita ningún estupor que hayas tenido una importante posición y estima ante nuestro predecesor, el venerable siervo de Dios Juan Pablo II, quien te quiso arzobispo de Vercelli y allí fiel anunciador de los beneficios divinos. Por deseo del mismo Romano Pontífice a continuación comenzaste a ejercer la tarea de secretario de la Congregación para la doctrina de la fe, estableciendo con nosotros una feliz familiaridad en el trabajo común.
Igualmente en la Iglesia en Génova, a la que dedicaste tu celo y tus esfuerzos apostólicos, se encuentran en diversos lugares los testimonios de tu ministerio pastoral, del que reconocemos el provecho que tuvo para la comunidad eclesial y donde conseguiste un título más ilustre mediante tu agregación al Colegio de los padres cardenales.
Trayendo a la memoria tiempos más recientes, te hemos querido cercano colaborador, eligiéndote como secretario de Estado con quien compartir decisiones y tareas. Sin duda te estás prodigando con gran compromiso y pericia en la participación de nuestros proyectos pastorales relativos a la Iglesia universal y en nuestras iniciativas dirigidas al mundo entero, a fin de que la familia de Dios se fortalezca y el mundo sea cada vez más armonioso.
Por ello, mientras nos alegramos de corazón por el recuerdo del gozoso inicio de tu sacerdocio, te expresamos estos sentimientos de estima y nuestra afectuosa felicitación, a la vez que, por intercesión de la santísima Virgen María Auxiliadora y de san Juan Bosco, imploramos abundante la recompensa del Divino Maestro. Por último, venerado hermano nuestro, te impartimos con afecto fraterno la bendición apostólica, destinada abundantemente también a cuantos a ti están unidos por vínculos de familia y de trabajo.
Ciudad del Vaticano, 1 de junio de 2010, sexto de nuestro pontificado
BENEDICTUS PP. XVI
[Traducción del original latín
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