HONG KONG, miércoles 14 de julio de 2010 (ZENIT.org).- El martirio no es sólo un acontecimiento del pasado sino un evento que sigue inspirando, afirma el semanario diocesano de Hong Kong, el Sunday Examiner, al celebrarse la fiesta litúrgica de los 121 mártires chinos.
El periódico reflexionaba la semana pasada sobre la canonización en 2000 de 121 mártires que desencadenó el conflicto entre la Santa Sede y el gobierno de China en aquél momento.
La canonización tuvo lugar el 1 de octubre, el Día Nacional de China, y fue vista por Pekín como “una provocación intencionada para golpear al pueblo chino”, recuerda el editorial.
“Han pasado diez años –añade–. Tenemos que considerar si se aprendió algo de estas infortunadas disputas o si aquellos 121 mártires ¿murieron en vano?”
“El martirio no es meramente un acontecimiento del pasado sino algo que puede inspirarnos hoy”.
“En el continente, muchas iglesias locales todavía luchan por estar en comunión los unos con los otros –afirma el aditorial–. Los fieles sufren a causa de una ideología política equivocada y por presiones para que rechacen la verdad revelada. Sin embargo, la experiencia pasada ha enseñado a la Iglesia que en toda época la presencia de los mártires sólo refuerza la fidelidad de los fieles a la Iglesia.
“Los mártires de China dieron el último testimonio del Evangelio con valor. Su fidelidad recuerda el ideal confuciano de sacrificarse uno mismo por una noble causa”.
El editorial recuerda que “la sangre de los mártires es semilla de cristianos” (Tertuliano, 160-220 después de Cristo) y “ciertamente, esta semilla de fe producirá fruto en China”.
Entre los 121 mártires declarados santos en 2000, el más joven tenía siete años y el mayor 79, y había 87 chinos y 34 misioneros expatriados.
Los santos, martirizados entre 1648 (Dinastía Qing) y 1930 (el período de la República de China), incluyen a seis obispos, 24 sacerdotes, 8 religiosos, 7 religiosas y 76 laicos.
El 9 de julio se conmemoró la fiesta de estos mártires chinos y tuvo lugar una celebración litúrgica en el Centro de los Santos Mártires y Beatos de China, en los Nuevos Territorios.
Los fieles asistieron también a un seminario sobre “Cómo los católicos chinos siguen el ejemplo de los Santos Mártires y Beatos”.
Traducido del inglés por Nieves San Martín