Joan Rigol: La Sagrada Familia, a punto para recibir al Papa

Entrevista al presidente de la Junta Constructora del templo de Gaudí

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BARCELONA, lunes 19 de julio de 2010 (ZENIT.org).- La presencia del Papa en Barcelona para bendecir la Sagrada Familia confirma en todo el mundo el mensaje trascendente del mismo templo de Gaudí: la llamada a la fraternidad universal, destaca el presidente de la Junta Constructora de la Sagrada Familia, Joan Rigol, en la siguiente entrevista a ZENIT.

Rigol explica los detalles de la preparación del gran evento, al que ya han confirmado su asistencia los reyes de España, que incluyen la conclusión del interior del templo probablemente a finales de este mes de julio.

Mientras tanto, las obras de construcción de un túnel para el paso del tren de alta velocidad cerca de la Sagrada Familia continúan amenazando el templo de Gaudí. La Junta Constructora se ha unido a instancias como el Congreso de los Diputados de España y el Ayuntamiento de Barcelona en la petición de que se paren las obras.

-¿Qué significado tiene para la Junta Constructora de la Sagrada Familia que el mismo Papa venga a bendecir el templo?

Joan Rigol: Para nosotros esto significa una dimensión eclesial vista desde el punto máximo de su representación, que es el Papa, y sobre todo indica la proyección universal de la Sagrada Familia en el ámbito cristiano.

El mensaje de la Sagrada Familia, a través de la arquitectura y la cultura, es un mensaje trascendente: una llamada a la fraternidad universal.

Este mensaje nuclear en el contenido cristiano, de tratarnos todas las personas como hermanos, debe a la vez proyectarse a las personas que no tienen este sentido de la fe pero también se sienten solidarios en la fraternidad universal.

La venida del Papa confirma este mensaje a nivel mundial desde el punto de vista cultural, artístico, especialmente esta llamada a la fraternidad universal.

-¿Cómo están preparando este acontecimiento?

Joan Rigol: Primero estamos terminando ya lo que es el interior del templo, que sigue las pautas y la propia definición que hizo Gaudí de este interior, ya dejó una maqueta muy precisa de cómo veía este interior.

Probablemente a finales de julio estará todo a punto para esperar la venida del Papa el 7 de noviembre. Esto desde el punto de vista material.

Además, estamos haciendo una llamada a los cristianos a recibir al Papa. De esto se ocupa especialmente el arzobispo de la diócesis y la comisión que él ha creado.

Porque la venida del Papa no está única y exclusivamente centrada en la Sagrada Familia, sino que es también un encuentro de cristianos que viven en Barcelona, en Cataluña y en España.

Un viaje de este tipo tiene sus complejidades de organización y en ello estamos trabajando intensamente todos.

– ¿Saben ya las autoridades que estarán presentes en el acto de bendición del templo?

Joan Rigol: Nos van llegando informaciones sobre esto, pero todavía a un nivel poco formal. La información formal ya llegará en el momento determinado, que calculo que será en septiembre.

Sí han anunciado ya la intención de estar en la Sagrada Familia los reyes de España y nos consta también la voluntad del Gobierno de España y de las autoridades de Cataluña. Lo que no puede precisarse es el nombre exacto de las personas que van a asistir.

-¿Cuántas personas esperan ese día en la Sagrada Familia y sus inmediaciones?

Joan Rigol: No puedo avanzar estas cifras todavía. Pero dentro del templo caben entre 7.500 y 8.500 personas, dependiendo del grado de seguridad que demos a las entradas y salidas, que debe ser el máximo. Alrededor del templo habrá un dispositivo para que las personas puedan seguir el acto desde el entorno del edificio.

No sabemos cuántas personas pueden venir, pero nosotros nos estamos preparando para que sean muchas.

Estamos organizándolo de manera que los que quieran seguir de cerca el acto puedan estar lo mejor acondicionados posible.

Hay un edificio muy cercano a la fachada principal del templo, pero también hay dos inmensas plazas y un cruce de avenidas importantes, por lo que hay una cabida importante de personas.

-¿En qué punto se encuentran las obras de la Sagrada Familia?

Joan Rigol: Quedarían unos detalles para preservar el interior, porque las obras generan polvo. En este sentido, tenemos reservado para hacer en agosto algunas cosas, como la puesta a punto del órgano, que debe hacerse en un momento en que no se construya nada dentro porque exige un silencio.

Una vez terminado el interior y el templo esté abierto a sus funciones específicas, seguirá la construcción de la Sagrada Familia según el proyecto de Gaudí y ello puede durar entre 15 y 20 años.

Faltan las torres de los evangelistas, la torre principal, que tiene 172 metros de altitud y los 4 edificios de la nave, uno a cada lado, donde estarán las sacristías y las capillas del Santísimo Sacramento. Eso es un proyecto para la generación futura.

Entre las de los cuatro evangelistas y la de Jesucristo estará la torre de la Virgen, que tiene una altura superior a la de los evangelistas e inferior a la de Jesucristo. Las de los evangelistas ya se están empezando a construir.

– ¿De qué manera está afectando o puede afectar la construcción de un túnel cerca del templo por el que está previsto que pase el tren de alta velocidad?

Joan Rigol: Tenemos estudios técnicos de gente muy cualificada que dice que el proyecto del AVE conlleva riesgos, principalmente sobre dos grandes conceptos.

Primero, que en el subsuelo de la Sagrada Familia, a 1,75 metros de sus cimientos, en un terreno geológicamente complicado, puede generar una transformación de este terreno que a la larga signifique un movimiento muy significativo para el proyecto de Gaudí, que es de una gran esbeltez y una gran altura.

Segundo, las vibraciones que se pueden transportar y que al llegar a 172 metros de altura pueden significar riesgo.

Ante los riesgos de este proyecto, hemos intentado dos vías: en primer lugar, intentar dialogar con la administración, pero no hemos conseguido que se conciencien de lo que nosotros consideramos un riesgo.

Por otra parte, hemos planteado el tema a las instancias judiciales, primero pidiendo que se paren las obras provisionalmente, lo cual no hemos conseguido, y luego planteando el tema principal del proyecto, que es un juicio visto, pero tememos que los hechos consumados lo dejen prácticamente inviable.

Por Patricia Navas

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ZENIT Staff

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