CIUDAD DEL VATICANO, jueves 26 de agosto de 2010 (ZENIT.org).- La interpretación del Concilio Vaticano II será el tema del encuentro anual de antiguos alumnos de Joseph Ratzinger, el Ratzinger Schülekreis, que se celebrará del 27 al 30 de agosto, en el centro de congresos Mariápolis de Castel Gandolfo.
Participarán unos cuarenta antiguos alumnos del actual pontífice, que presentaron con él sus tesis de doctorado cuando Ratzinger era profesor de varias universidades de Alemania.
Según informa en su edición italiana de este viernes «L’Osservatore Romano», el relator principal este año será el arzobispo Kurt Koch, antiguo obispo de Basilea, nombrado el 1 de julio presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Unidad de los Cristianos.
El purpurado suizo pronunciará dos intervenciones: la primera sobre «El Concilio Vaticano II entre tradición e innovación. La hermenéutica de la reforma entre la hermenéutica de una continuidad con ruptura y de una continuidad no histórica»; la segunda, sobre la constitución «Sacrosanctum concilium y la reforma posconciliar de la liturgia».
El tema escogido es central para el pontificado de Benedicto XVI. Para algunos teólogos, el Concilio Vaticano II (1962-1965) trajo una ruptura con los dos mil años de historia de la Iglesia. Para otros, el Concilio adoptó conclusiones sobre el diálogo interreligioso, el ecumenismo entre los cristianos, la renovación litúrgica o la libertad religiosa que no son aceptables, llegando a un rechazo que, en ocasiones, ha producido actos cismáticos.
Para Benedicto XVI, el Concilio Vaticano II no fue una ruptura, sino una profundización en la tradición de dos mil años de la Iglesia para llevar a una reforma.
En el primer discurso que Benedicto XVI dirigió como Papa a toda la la Curia romana en vísperas de la Navidad de 2005, aclaró esta cuestión (Cf. Discurso a la Curia romana, 22 de diciembre de 2005).
A la hermenéutica de la discontinuidad se opone la hermenéutica de la reforma, aclaró Benedicto XVI, como la presentaron, primero, el Papa Juan XXIII en su discurso de apertura del Concilio, el 11 de octubre de 1962, y luego el Papa Pablo VI, en el discurso de clausura, el 7 de diciembre de 1965.
Resaltó que Juan XXIII expresó de una forma inequívoca que el Concilio «quiere transmitir la doctrina en su pureza e integridad, sin atenuaciones ni deformaciones».
El nombre del relator principal y el tema del encuentro, como refiere el sacerdote salvatoriano Stephan Horn, presidente de la asociación de antiguos alumnos del Papa, han sido indicados y aprobados por el mismo Benedicto XVI entre una serie de proposiciones presentadas por los organizadores.
La mayoría de los participantes procede de Alemania y Austria, aunque también hay un italiano, un irlandés, un holandés, una coreana y un indio.
Entre los presentes, estarán el cardenal Christoph Schönborn, arzobispo de Viena, y el obispo auxiliar de Hamburg, monseñor Hans-Jochen Jaschke. El resto son profesores universitarios, párrocos, religiosos, religiosas y laicos.
Como es costumbre, los encuentros, organizados por el padre Horn, que acaba de celebrar cincuenta años de ordenación sacerdotal, tendrán lugar a puertas cerradas.
El viernes y el sábado, tras la relación del arzobispo Koch, se celebrará una discusión libre sobre el argumento, en la que participará el pontífice. El domingo por la mañana, momento culminante, los antiguos alumnos participarán en la celebración eucarística presidida por Benedicto XVI en el centro de congresos Mariápolis.
Tras el desayuno con el Papa, los presentes, a quienes se les unirán las nuevas generaciones de antiguos alumnos, es decir, quienes han dedicado su tesis de doctorado a textos de Ratzinger, participarán también en el Ángelus, en el patio de la residencia pontificia de Castel Gandolfo. Estos nuevos alumnos se han reunido en círculo desde hace tres años.
Durante el encuentro, el padre Horn entregará al pontífice, en nombre de todos los antiguos alumnos, el libro que recoge las relaciones del seminario veraniego de 2008, que tenía por tema «Conversaciones sobre Jesús».
La publicación tiene lugar gracias a la fundación Joseph Ratzinger Papa Benedetto XVI, con sede en Munich, que tiene por objetivo preparar y organizar el encuentro anual, la promoción de los estudios emprendidos por Ratzinger cuando era profesor, la difusión de su enseñanza teológica y de su espiritualidad, así como la publicación de libros de Benedicto XVI.
El primer encuentro de Ratzinger con sus antiguos alumnos tuvo lugar en marzo de 1977, cuando fuen nombrado por Pablo VI arzobispo de Munich y Freising. Desde aquel día, la cita se repite todos los años sobre un tema específico.
Ante la sorpresa de todos, sus antiguos alumnos recibieron una carta en 2005 del nuevo Papa, Benedicto XVI, pocos meses después de su elección, para citarles en Castel Gandolfo y mantener la costumbre.
En 2005, analizaron la cuestión del Islam; en 2006 y 2007, la evolución y las teorías evolucionistas; en 2008, el tema fue el Jesús histórico y su Pasión; y en 2009, la misión y el diálogo con las religiones y culturas.