LOS ÁNGELES, viernes, 27 de agosto de 2010 (ZENIT.org).- Publicamos la tercera parte de la entrevista que ha concedido a ZENIT monseñor José H. Gomez, nuevo arzobispo coadjutor de Los Angeles, en la que habla sobre las vocaciones a la vida consagrada y los frutos del Año Sacerdotal.
–Usted, conocido como gran promotor de las vocaciones, ¿cómo ve la pastoral vocacional en esta arquidiócesis?
–Monseñor José Gomez: De nuevo, estoy aún muy poco tiempo en Los Ángeles como para hacer un juicio sobre el estado de la pastoral vocacional.
Pero hay algo que cualquier obispo en Estados Unidos diría: nunca tenemos suficientes vocaciones, y esto también se aplica a Los Ángeles. Necesitamos muchas y muy buenas vocaciones en todos los ámbitos de nuestra comunidad católica; pero de manera especial entre los hispanos.
Y la pastoral vocacional es mucho más que tener una oficina desde donde se anime a los jóvenes a considerar la posibilidad del llamado de Jesús a seguirlo a través del sacerdocio sacramental. Necesitamos crear, primero que todo, en las familias, luego en las comunidades, en las parroquias, en las escuelas católicas, en fin, en todo ambiente posible, un contexto que sea propicio al surgimiento, desarrollo y consolidación de las vocaciones.
El Señor no se deja ganar en generosidad. Él no quiere una Iglesia sin ministros que atiendan las necesidades de los fieles. Existe entonces un llamado de Dios, constante y firme. Lo que faltan son las respuestas. Y si los jóvenes no escuchan el llamado en medio de su mundo, en el seno de sus familias, en la escuela o en la parroquia, entonces no podrán responder.
La amplia población hispana en Los Ángeles es en su mayoría joven. Tengo pues muchas esperanzas puestas en esta juventud, si le proporcionamos los medios adecuados para que abran el corazón al llamado de Dios.
–Hace dos meses que concluyó el Año Sacerdotal. ¿Qué frutos ha dejado esta celebración en esta arquidiócesis?
–Monseñor José Gomez: Toda la Iglesia se ha visto renovada profundamente por esta iniciativa. Creo que el Año Sacerdotal ha sido uno de los acontecimientos más decisivos para muchos sacerdotes, como oportunidad para renovarse en su sacerdocio.
Se trata de un proceso interior, silencioso, discreto, y por ello, no ha atraído los mismos titulares que otros eventos lamentables. Sin embargo, estoy convencido que, cuando se escriba la historia de este período de la Iglesia en el mundo, el Año Sacerdotal se recordará como un momento de inflexión muy importante para la renovación del sacerdocio y con él, de la vida de la Iglesia.
Este Año Sacerdotal lo viví casi completamente en San Antonio, y allí pude experimentar los frutos enormes no sólo entre los sacerdotes de diversas edades, sino entre todos los demás miembros de la Iglesia, que se sintieron confirmados en su propia vocación; así como motivados a ser más activos en apoyar, animar y acompañar a sus sacerdotes; así como a promover las vocaciones al sacerdocio. Y eso no es poco.
–Sobre este tema usted acaba de publicar un libro…
–Monseñor José Gomez: Sí. Se trata de «Men of Brave Heart» (Hombres con corazón valiente, Our Sunday Visitor Publishing Division). En el libro, que subtitulé «la virtud de la fortaleza en la vida sacerdotal», decía que «he pensado durante muchos años sobre qué misterio es el que Dios llame a hombres comunes para participar de su plan de salvación del mundo… sin embargo el sacerdote sigue siendo un hombre como cualquiera, no significativamente diferente en el exterior del resto de los hombres… por eso para responder a tal llamado, un llamado que viene personalmente del Dios vivo, un hombre necesita de un corazón generoso. Y para vivir ese llamado a lo largo de toda una vida, para entregarse totalmente a Dios, un hombre necesita de un corazón valiente».
Estoy convencido que el Año Sacerdotal ha inspirado a muchos sacerdotes a vivir este misterio con mayor valentía y confianza en la gracia de Dios. Y a la vez el testimonio de estos sacerdotes renovados en su vocación, ha animado a muchos jóvenes a seguir por este camino. Con la gracia de Dios confío que esta arquidiócesis también verá su porción de frutos de esta gran iniciativa.
La primera y segunda parte de esta entrevista fueron publicadas en el servicio de ZENIT del 25 de agosto y del 26 de agosto.
Por Carmen Elena Villa