Santa Sede a la ONU: la educación debe respetar los valores

Representante vaticana habla ante la Comisión sobre el Estatus de la Mujer

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NUEVA YORK, jueves 3 de marzo de 2011 (ZENIT.org).- Si la educación no respeta los valores religiosos y culturales, corre el riesgo de convertirse en un “instrumento de control”, afirma una representante vaticana.

Jane Adolphe, hablando en nombre de monseñor Francis Chullikatt, observador permanente de la Santa Sede ante las Naciones Unidas, habló el pasado lunes 28 de febrero durante la 55ª sesión de la Comisión sobre el Estatus de la Mujer

Adolphe es profesora asociada en el Ave Maria School of Law en Naples (Florida), y miembro de la delegación de la Santa Sede ante esta Comisión de la ONU.

Refiriéndose al tema del “acceso y participación de las mujeres y niñas en la educación, formación, ciencia y tecnología, incluyendo la promoción del acceso equitativo de las mujeres al pleno empleo y a un trabajo digno”, Adolphe observó que en primer lugar y ante todo, la educación “debe estar firmemente arraigada en un profundo respeto de la dignidad humana, y en el pleno respeto de los valores religiosos y culturales”.

“Si esto está ausente”, añadió, “la educación ya no será un medio para una formación auténtica, sino que se convertirá en un instrumento de control por aquellos que la administran”.

Insistió en que la educación debe ser guiada por “valores arraigados en la ley natural común a la humanidad”.

Papel de la madre

Además, prosiguió Adolphe, «el verdadero avance de la mujer requiere que el trabajo se estructure de tal forma que las mujeres no tengan que pagar por su progreso abandonando lo que es específico de ellas y a expensas de la familia, en la que las mujeres y madres tienen un papel irreemplazable”.

Respecto a los temas de la discriminación y la violencia contra las mujeres, la profesora reiteró la insistencia de la Iglesia en una legislación que proteja a las niñas y mujeres “de toda forma de violencia y explotación, desde la concepción en adelante, incluyendo el aborto, especialmente el aborto selectivo y el infanticidio femenino».

Jane Adolphe aludió al tema del tráfico de personas, insistiendo en que “los Estados necesitan aumentar los esfuerzos comprometidos y concretos para trabajar juntos con el fin de acabar con ese crimen odioso, respondiendo adecuadamente a la demanda que provoca el tráfico de personas, endureciendo las leyes contra la prostitución de niños y adultos, pornografía infantil y explotación sexual”.

“El auténtico progreso de la mujer comienza con el pleno respeto de la dignidad y el valor de toda persona”, afirmó. “Este respeto debe tener en cuenta todo el ciclo vital – desde la concepción hasta la muerte natural – y los Estados tienen la responsabilidad de garantizar esto en sus leyes nacionales”.

La Comisión, que está dedicada exclusivamente a la igualdad de género y al progreso de la mujer, concluirá mañana viernes en la sede de la ONU de Nueva York.

La Misión de la Santa Sede convocó un simposio paralelo la semana pasada, con ocasión de la sesión de esta Comisión de la ONU. El tema fue: “Salud y educación: avanzar en el bienestar de mujeres y niños”, y estaba coorganizado por la Misión Permanente de Santa Lucía en la ONU, junto con la Path to Peace Foundation.

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ZENIT Staff

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