P. Dermin: “Si la fe de la Iglesia se debilita, el exorcismo pierde eficacia”

Comienza un curso sobre el exorcismo en el “Regina Apostolorum”

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ROMA, lunes 28 de marzo de 2011 (ZENIT.org).- El padre François Dermin, presidente nacional del Grupo Investigación e Información Religiosa (GRIS en sus siglas en italiano), prior del convento de Santo Domigo de Bolonia y profesor de teología moral, italiano con orígenes canadiense es uno de los profesores del curso de exorcismo que realizará esta semana el Ateneo Pontificio Regina Apostolorum en Roma.

Se trata de curso de una semana que sin embargo, no transforma en exorcista a quien lo frecuenta, pues para ello es necesario el permiso del obispo y un camino de formación práctica que no siempre es fácil de realizar debido a la falta de exorcistas con experiencia.

A pesar de que la existencia o no del demonio, las posesiones y el satanismo son cuestiones de cada vez mayor interés, el presidente del GRIS explicó a ZENIT que sobre el demonio en materia teológica se sabe lo mismo de lo que se sabía antes, aunque ahora es más fácil distinguir las enfermedades de los casos de presencia del maligno. En este caso el punto central es el discernimiento del exorcista que se puede apoyar incluso en consultas con médicos especialistas.

– ¿Por qué un curso de exorcismo?

François Dermin: En realidad es un curso sobre el exorcismo que sirve para hacer conocer mejor este ministerio a los sacerdotes, pero también en el ámbito médico y psicológico. Los destinatarios no son necesariamente futuros exorcistas, entre otras cosas porque no basta un curso para volverse exorcistas y porque se necesita un mandato explícito del obispo.

Se trata de contribuir a traer a flote un ministerio que muchas veces fue relegado sea en Italia que en el mundo, por lo tanto queremos hacer conocer la necesidad y la actualidad de este tipo de curso.

– Muchos de los participantes a este sexto curso son sacerdotes. Hay un desemboque práctico o es simplemente algo teórico?

François Dermin: Hay que reconocer que es más teórico que práctico. Incluso las personas que obtengan el permiso del obispo es aconsejable que se acerquen a un exorcista con experiencia para instruirse en la práctica del ministerio.

– ¿Hoy se sabe más sobre el demonio de lo que se sabía por ejemplo en la Edad Media?

François Dermin: Desde el punto de vista teológico no se sabe más de lo que se sabía en dicha época. Grandes doctores de la Iglesia como Santo Tomás, San Buenaventura y San Agustín y también otros muchos santos han hablado del demonio de manera profunda, también especulativa, filosófica y teológica.  

Podemos saber más en cambio sobre algunas enfermedades que en el pasado eran consideradas manifestaciones de acción diabólica pero que son solamente enfermedades. Por ejemplo en el pasado a la epilepsia se la relacionaba con una forma de posesión diabólica, cuando en realidad es una enfermedad que hay que curar.

– ¿Cómo se distingue un caso de posesión, infestación o una manifestación diabólica de una enfermedad?

François Dermin: Ésta es para mí una de las principales dificultades del exorcista, pues deberá discernir y ésto es una parte central del ministerio exorcístico. Porque hay personas que creen de estar a la merced de una acción del demonio, no necesariamente poseídas pero perseguidas, humilladas, obsesionadas o cosas de este tipo.

Entonces hay que entender si se trata de personas que sufren alucinaciones o cosas de este tipo. En estos casos hay que hablar con ellos, y cuando es necesario se debe recurrir a médicos y psiquiatras. Por ejemplo cuando ejercía como exorcista en mi diócesis, mi equipo estaba integrado por otros dos sacerdotes y dos psiquiatras, a los que acudía en caso de dudas.

El discernimiento no siempre es inmediato. Hablando con las personas o sobre ellas, uno se da cuenta si hay algunas reacciones –no necesariamente espectaculares como en el caso de las posesiones– pero reacciones particulares como sucesión de calor y frío, desmayos o – disculpe – se ponen a eructar o cosas de este tipo. El discernimiento se hace también con la oración. Hay que acordarse que el exorcismo es una obra sobrenatural en la cual el principal personaje es Dios.

– Jesús hizo exorcismos. 

François Dermin: Juan Pablo II decía que uno de los principales ministerios de Jesús fue el del exorcismo. No por casualidad realizó tantos. Si bien en la Biblia y en los Evangelios no siempre resulta clara la distinción entre una curación y una liberación. El uno de las partes dice que una persona estaba enferma y que cuando intervino Jesús fue liberada, o viceversa.

Al exorcismo muchas veces se lo asocia casi exclusivamente a la posesión, si bien muchas veces el exorcista tiene que vérselas con personas que en cambio son víctimas de otras formas de persecución diabólica. Infestaciones de casas donde se sienten ruidos, muebles que se desplazan o se rompen, etc.

Además existen casos de posesiones en que las personas escuchan voces dentro de si. Esto sucede muchas veces cuando se hace espiritismo. Claramente hay que controlar que no se trate de casos de esquizofrenia.

La liberación se realiza también a través de un camino espiritual. La persona tiene que cambiar de vida, frecuentar los sacramentos etc.

– ¿La persona que obtiene el permiso del obispo tiene que tener particulares cualidades?

François Dermin: En el derecho del exorcismo, se habla también de cualidades morales, espirituales y en cierto sentido culturales. Es necesario por ejemplo conocer un mínimo de psicología.

– ¿Cuáles son las cosas peligrosas para una persona normal?

François Dermin: Buena parte de las personas que se dirigen a un exorcista lo hacen después de haber participado en una sesión directa, voluntaria de ocultismo, formas de magia, espiritismo, etc.

Entretanto las manifestaciones del maligno pueden suceder sin que haya ningún compromiso por parte del sujeto con el ocultismo y estas personas pueden ser víctimas de males que les son hechos. Y aquí entramos en algo misterioso que se llama maleficio. Habría mucho que hablar. 

Cuando inicié el ministerio de exorcista estaba un poco perplejo sobre los maleficios, pero tuve que cambiar de idea.

– ¿La mejor protección en estos casos?

François Dermin: La vida cristiana y de oración. Pero no hay protecciones absolutas. Por ejemplo existieron santos que mismo por un breve período sufrieron ésto. Pienso en san Juan Calabria, en santa Gemma Galgani y en santos que fueron tremendamente atormentados por el demonio.

– ¿Un exorcismo es suficiente o un proceso?

François Dermin: Aquí estamos tocando una tecla muy delicada. He escuchado testimonios de exorcistas de hace cuarenta o cincuenta años atrás, quienes indicaban que entonces bastaba un sólo exorcismo para liberar a una persona. Hoy pueden durar meses y a veces años. Y es necesario reflexionar por qué sucede esto.

Alguien podría pensar que se debe a una sociedad que se alejó de Dios, en cierto sentido que ha apostatado.

Aquí en cambio le indico una opinión absolutamente personal: el exorcista no hace una oración personal sino que reza en nombre de la Iglesia. Y si la fe se vuelve débil en el interior de la Iglesia no excluyo que ésto contribuya a disminuir la eficacia del mismo exorcismo.

– ¿Cual es la relación entre las fórmulas del exorcismo y la fe?

François Dermin: Las fórmulas sin la fe no valen nada. Pero no es solamente la fe del exorcista sino al fe de la Iglesia. Aquí cuando digo Iglesia no me refiero a la Iglesia institucional que siempre ha creído y enseñado la realidad sobre el demonio y la posibilidad concreta de persecución por parte del mismo. Hablo en cambio de los hombres de Iglesia. No todos los sacerdotes e incluso obispos creen en estas cosas. Entiendo que es un tema muy delicado.

– ¿No la Iglesia gloriosa, pero la militant
e?

François Dermin: La Iglesia aquí en la tierra puede ser tentada también con la secularización. Es el racionalismo. Se corre el riesgo de debilitar la fe sobre la existencia del demonio. 

– La iconografía católica o la falta de la misma tiene alguna influencia o no tiene nada que ver? 

François Dermin: No, si nuestra sociedad se seculariza y reniega de su propia fe es obvio que le deja más espacio al demonio que es el enemigo de la Encarnación. 

– ¿El sacerdote que ejercita el ministerio del exorcismo tiene que adquirir experiencia?

François Dermin: Nunca se acaba de aprender y la experiencia enriquece siempre y es fundamental. El problema de los exorcistas actuales es que se han vuelto tales sin un maestro que les enseñara. Por mi parte tuve poca experiencia práctica y en cierto sentido tuve que arreglarme cometiendo incluso algunos errores. La experiencia se adquiere poco a poco. Lo ideal sería tener maestros en este campo.

No siempre encontramos explicación a todo, entretanto debemos creer que Dios está presente, que actúa, que estamos de la parte del vencedor y que el demonio quiere molestar al hombre, alejarlo de Dios o incluso destruirlo. Y que Dios otorga a la Iglesia los medios para combatir victoriosamente al demonio.

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ZENIT Staff

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