MANAGUA, lunes 26 de septiembre de 2011 (ZENIT.org).- El obispo de Alajuela, Costa Rica, Ángel San Casimiro llamó a ser un país solidario, erradicar la xenofobia contra los nicaragüenses y tener políticas migratorias que abran las puertas a quienes están contribuyendo a hacer de Costa Rica un país próspero.
Como entre todos los Estados fronterizos, los “ticos” y los “nicas” –genticilicios informales que se atribuyen mutuamente los habitantes de los dos países- existen elementos de fricción que van desde problemas de límites hasta los ahora migratorios, pasando por las descalificaciones mutuas.
“Realmente, este país tiene que ser un país solidario, este país tiene que desterrar por completo la xenofobia; porque no son, discúlpenme esta palabra, no son animales los que vienen, son personas”, declaró a medios nicaragüenses el obispo San Casimiro, al participar en un encuentro binacional, organizado por la Asociación Ticos y Nicas, “Somos Hermanos”, informaba este 23 de septiembre del diario nicaragüense La Prensa. Invitó a “tratar de desmitificar los mitos que sobre los nicaragüenses hay”.
Monseñor San Casimiro ha sido defensor de los derechos de los inmigrantes en Costa Rica y sus declaraciones a favor tuvieron gran repercusión cuando estuvo al frente de la diócesis de Ciudad Quesada, al norte del país; una zona que recibe mucha mano de obra nicaragüense que se emplea en labores agrícolas.
El obispo, de origen español, recordó que los nicaragüenses son parte del desarrollo económico de Costa Rica, porque levantan la cosecha, cuidan las casa, los hijos de las familias, entre otras actividades.
“Por eso hay que insistir en la solidaridad con la que hemos de recibir a nuestros hermanos y que la Iglesia realmente asuma su poder profético y de incidencia ante el poder político, para que las leyes migratorias no se fundamenten tanto en la seguridad del país, por cuanto que entonces va ser muy restrictiva”, indicó.
“Está bien, yo entiendo que todo país necesita una política migratoria regulada, vamos a regular pero no pongamos condiciones que mucho de nuestros hermanos nicaragüenses no pueden cumplir, yo creo que es una forma muy bonita de cerrarle las puertas, yo creo que hemos de buscar siempre el abrir puertas a quienes han venido hacer de Costa Rica un país muy próspero”, subrayó.
Costa Rica cuenta con una legislación migratoria que hace difícil la regularización, además de los requisitos que los inmigrantes no pueden cumplir.
Concluyó pidiendo leyes que se fundamenten en la solidaridad: “Yo no digo que no hay que cumplir la ley. Sí hay que cumplir la ley, pero que sean unas leyes humanas y que sea una ley con entrañas con un poquito de solidaridad”, puntualizó.