Un cristiano de la comunidad armenia apostólica fue asesinado a quemarropa por terroristas musulmanes. El hombre se encontraba en un convoy con dirección a Aleppo. El autobús fue detenido en la carretera por un grupo de militantes islamitas que pidieron los documentos de identidad a los pasajeros. Al notar que el apellido de Yohannes finalizaba con el sufijo “ian”, lo identificaron como armenio. Al cachearlo descubrieron que llevaba una gran cruz en el cuello. En ese momento, uno de los terroristas disparó contra la cruz, traspasando el pecho del hombre.
La víctima, según la comunidad armenia local, es “un mártir del conflicto sirio, porque fue asesinado por odium fidei”. Las mismas fuentes señalaron a la agencia vaticana Fides que “los terroristas estaban exaltados, fuera de sí, como si estuviera bajo el efecto de drogas”.
Los métodos utilizados por estos puntos de control diseminados por las carreteras de Siria, son comunes entre las diferentes bandas. Los autobuses son detenidos en los puestos de control, los viajeros sufren robos o son seleccionados para su secuestro, como les sucedió a los dos sacerdotes Michel Kayyal (armenio católico) y Maher Mahfouz (greco ortodoxo), secuestrados el 9 de febrero y todavía en manos de sus secuestradores.
En otro episodio, un grupo de cristianos se dirigía de Qamishli, en Beirut, para escapar de la dramática situación local. El autobús fue alcanzado por un cohete que mató a dos personas, un hombre llamado Boutros y una joven de 22 años llamada Naraya, que iba a casarse dentro de poco. Los bandidos robaron todo. El grupo optó por regresar a Qamishli, en lugar de enfrentarse a un viaje con peligro de muerte.
