La Iglesia en América Latina: REPÚBLICA DOMINICANA

Una mirada al continente del papa Francisco (VIII)

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Ofrecemos a nuestros lectores un nuevo artículo de la serie sobre la Iglesia en América Latina. Conscientes del interés que viene suscitando el subcontinente del papa Francisco, y a pocos días de su primer viaje internacional, esto es a tierras sudamericanas, ZENIT viene difundiendo el valioso estudio del Observatorio Pastoral del Celam (OPC), que nos acerca a la realidad pastoral, social y devocional de los pueblos latinoamericanos.

En esta oportunidad, conoceremos un poco más a la Iglesia de República Dominicana, un país de El Caribe, con una extensión de 48.730 Km2, que acoge a 9.584.000 pobladores, de los cuales el 95% son católicos.

El encuentro de dos culturas

Fue el 5 de diciembre de 1492, en los días finales de su primer viaje a “las indias”, que Cristóbal Colón descubrió una de las más bellas islas del Caribe a la cual bautizó con el nombre de La Española. Luego del descubrimiento de la Española, Colón estableció un asentamiento improvisado en la costa norte, cerca de la ciudad actual de Cap Haití a la que llamó Fuerte de la Navidad, asentamiento que no permaneció en pie por mucho tiempo ya que para el segundo viaje de Colón, en el año de 1493, este ya había sido destruido por los indígenas.

Sin mostrarse derrotado en su idea de conquista Colón decide organizar varias expediciones al interior de la isla que terminaron en la construcción de fortalezas, el control del Cibao y la construcción en el año de 1494 de La Isabela, la primera ciudad europea del llamado Nuevo Mundo, situada muchas millas al este del fuerte destruido.

Orígenes del cristianismo

La República Dominicana, junto con la actual Haití, llamada Española (Hispaniola en latín) desde Cristóbal Colón, fue el núcleo de la organización civil y eclesiástica del Nuevo Mundo durante los primeros decenios del s. XVI. Su historia –relata el sitio GER–, está unida a todos los sucesos y personajes de relieve de las Indias españolas desde 1492 a 1560 aproximadamente.

Las primeras sedes episcopales, arzobispado, universidad, audiencia, elementos todos de primordial importancia en la América española, se vinculan a esta isla. Allí tuvieron lugar los primeros ensayos de las campañas antiesclavistas de los dominicos, a los que pronto se unió el fraile Bartolomé de las Casas.

Fray Bernardo Boyl, de la Orden de los mínimos en el momento de su actuación en Indias, fue el primer vicario o delegado de la Santa Sede en América, cargo que no prosperó luego a causa del Real Patronato de Indias. Fracasado el primer plan de episcopado americano, con un metropolitano y dos sedes sufragáneas en la isla (1504), porque no incluía la concesión del Patronato Real, se llegó el 28 julio de 1511 a conceder dos diócesis para Santo Domingo y una para Puerto Rico. Las sedes de La Española eran Santo Domingo y Concepción de la Vega, cuyos primeros titulares fueron fray García de Padilla para Santo Domingo y Pedro Suárez de Deza para la Concepción.

El primero murió antes de ser consagrado, mientras que el segundo llegó a la Concepción a fines de 1514 o principios de 1515. Propuso planes de evangelización y consolidamiento. En 1510 habían llegado los dominicos, como antes los franciscanos, y hubo una relativa mejoría espiritual. Se emprendieron misiones y expediciones. Alejandro Geraldini, elegido en 1516 y muerto el 8 de marzo de 1524, fue el primer obispo efectivo de Santo Domingo.

Desafíos y prioridades pastorales

Por su parte el OPC observa que la Conferencia Episcopal Dominicana, en el marco de su tarea evangelizadora y con el interés de dar respuesta a las diversas realidades que circundan al pueblo dominicano, ha elaborado el III Plan Nacional de Pastoral que se ha construido sobre la base de ocho criterios, que traen consigo, de cara a la realidad del pueblo dominicano, algunos retos y/o prioridades pastorales, tales como «ofrecer a todos los bautizados un itinerario de fe de manera que nadie se sienta excluido», y a la vez «optar por una pedagogía pastoral que confronte la vida con el evangelio para que este se encarne en todas las dimensiones de la vida».

Asimismo, se tiene el objetivo de «crear estructuras de comunión y participación que formen un nuevo tejido social y den a cada bautizado la oportunidad de sentirse parte activa de la Iglesia», con el único fin de «caminar como pueblo hacia la comunión plena con Dios y los hermanos».

Presencia en la sociedad

La Conferencia Episcopal Dominicana esta representada y articulada en todo el país por dos arquidiócesis, como son Santo Domingo y Santiago de los Caballeros, así como por ocho diócesis que son San Juan de Managua, Ntra. Sra. de La Altagracia-Higüey, Barahona, San Pedro de Macoris, De la Vega, San Francisco de Macoris y Puerto Plata.

Se lee en el OPC que si bien toda la comunidad eclesial Dominicana tiene un gran interés evangelizador, «la presencia eclesial también se ve reflejada en los diversos proyectos de promoción humana, un claro ejemplo de ello lo ha dado la pastoral educativa, que no solo busca responder a la enseñanza de calidad sino que también, y orientado a dar respuesta a los objetivos del milenio, desea ofrecer una educación integral y de calidad que permita el progreso del país».

Otro de los organismos eclesiales que a través de diferentes proyectos de promoción humana, le han ayudado a consolidar el importante lugar que ocupa la Iglesia católica en la sociedad dominicana, es Caritas, «que como miembro activo de la Iglesia se reconoce como la presencia viva de ella entre los pobres, con diversos proyectos orientados principalmente a la promoción humana, la lucha por condiciones de trabajo dignas, la dignidad de personas, la animación de comunidades y familias, entre otras opciones».

Relación Iglesia-Estado

La Iglesia católica –explica también el OPC–, ocupa dentro de la sociedad dominicana un lugar importante. Su presencia se evidencia en el compromiso con el pueblo dominicano, «pueblo que reconoce no solo como receptor de la fe, sino también como constructor y miembro activo de la Iglesia Comunidad».

La constitución de la República Dominicana contempla en su artículo 8, numeral 8, “La libertad de conciencia y de cultos, con sujeción al orden público y respecto a las buenas costumbres”. Frente a este artículo, el OPC advierte que aún cuando existe la libertad de culto, «la nación dominicana se reconoce a sí misma como católica; esta realidad es palpable en el alto porcentaje de dominicanos que se inscriben en este credo religioso, y que ante la palabra que la Iglesia proclama de cara a las diversas realidades sociales se muestran atentos».

Iglesia y medios de comunicación

El análisis del OPC deja ver que la Conferencia Episcopal Dominicana, «de cara a la tarea evangelizadora y misionera que la constituye, reconoce como uno de los caminos más apropiados para ejercer, promover y extender dicha misión, a los medios de comunicación».

Por tal motivo cuenta con un moderno sitio en Internet, que sirve como portal de información y difusión de toda la comunidad eclesial católica presente en Republica Dominicana. A través de esta página también busca coordinar los trabajos de la RIIAL (Red informática de la Iglesia en América Latina).

En unión con el departamento de prensa de la Conferencia Episcopal, en este país existen diversos medios de comunicación católicos que a partir de los valores evangélicos buscan evangelizar y fortalecer la misión de la Iglesia en medio de la sociedad Dominicana. Algunos de estos son las radios Marién, Seybo, Luz Católica, ABC y Juventus Don Bosco, entre otros.

Amor a María

En el portal web del Santuario de Nuestra Señora de la Altagracia, en Higüey, encontramos que la primera piedrafue bendecida el 21 de enero de 1952, a fin de const
ruir una colosal obra edificada sobre un área de 4680 mts. cuadrados. El carácter moderno del templo constituye una línea audaz y elevada dentro de la arquitectura moderna. El arco principal del templo se eleva a 80 mts. El interior está constituido por una nave principal y crucero cubierto por un conjunto de bóvedas que penetran para reforzarse y escalonarse majestuosamente.

Las capillas de las naves laterales del presbiterio están dedicadas a los oficios divinos, el presbiterio secundario al camarín de la Virgen por donde desfilan los peregrinos para venerar la Sagrada Imagen. El Sagrado Cuadro descansa en un simbólico naranjo confeccionado en caoba, plata y oro, obra del conocido escultor Antonio Prats Ventos.

El interior del templo tiene capacidad para 3,000 personas y en la parte externa hay amplias galerías cubiertas al amparo del sol y de la lluvia que pueden dar protección al peregrino. Hermosos vitrales y decoraciones originales realzan la belleza de la obra arquitectónica, unida a las artísticas pinturas murales y a la voz múltiple del órgano. El conjunto del templo, atrio, pórtico, sacristía, patio y jardín abarca un área de 40,000 mts. cuadrados.

Una tradición respetable refiere que la Virgen llegó a Higüey de una manera milagrosa, siendo el premio de Dios otorgado a una niña de Higüey, la cual la pidió insistentemente a su padre después de verla en sueño. El padre recibió la imagen de un anciano desconocido en una posada al regresar a su casa, de un viaje a Santo Domingo.

La «imagen auténtica de María» como se le venera, es un lienzo que representa de manera admirable su maternidad divina, y está rodeada de un marco de oro y plata, incrustado de piedras preciosas, destacándose unas ricas esmeraldas rodeadas de brillantes, que el papa Pío X regaló al arzobispo Nouel, pero que éste donó a la Virgen.

Para conocer más de la Iglesia dominicana aquí 

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José Antonio Varela Vidal

Lima, 1967. Periodista colegiado con ejercicio de la profesión desde 1989. Titulado en periodismo por la Universidad Jaime Bausate y Meza, de Lima. Estudios complementarios en filosofía, teología, periodismo religioso, new media y en comunicación pastoral e intercultural-misionera; así como en pastoral urbana, doctrina social de la Iglesia y comunicación institucional y estratégica, desarrollados indistintamente en Lima, Quito, Bogotá, Roma, Miami, y Washington DC. Ex jefe de oficinas de comunicación institucional en el sector público y eclesial. Asimismo, fue gerente de televisión de un canal y director de dos revistas impresas. Es articulista en publicaciones católicas de su país y del extranjero, entre ellas zenit. Actualmente colabora con los padres palotinos, presentes en el Perú desde el 2014.

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