Un pastor que va en busca de sus ovejas. Un papa inmigrante que viene de otro continente, que lava los pies a los encarcelados, simple y sonriente. Un papa que inspira fidelidad, optimismo en creyentes y no creyentes. Un papa con coraje para decir la verdad sobre la realidad económica, política y social en el mundo. Por estas y muchas más virtudes, los medios de comunicación se suman para reconocer a un papa humilde, que ha llevado a la famosa revista estadounidense Vanity Fair a nominarlo como el “Hombre del Año”.
Miles de personas llegaron a la famosa y pequeña isla siciliana de “Lampedusa” para contemplar al papa y hubo quienes coreaban “Se siente, el papa está presente”, “¡Viva el papa!», “Bienvenido papa Francisco”, “Eres uno de nosotros”. Fue entonces que los inmigrantes africanos explicaron al papa Francisco, que salieron de su país de origen por motivos económicos y políticos, y que para llegar a Italia estuvieron secuestrados por traficantes.
Morir por un sueño
Durante la misa del lunes pasado en Lampedusa, el santo padre se refirió a la muerte de los inmigrantes en el mar, afirmando que “en vez de ser una via de esperanza y de vida, hubo una vía de muerte… el pensamiento me atraía constantemente como una espina en el corazón que trae sufrimiento. Por eso sentí que debí venir hoy a orar y cumplir un gesto de acercamiento y despertar nuestra conciencia porque lo que pasó no se debe repetir. Doy coraje a los habitantes de Lampedusa, asociaciones, voluntarios, a las fuerzas de seguridad, ustedes son una pequeño ejemplo de solidadridad”.
El papa Francisco se refirió a la indiferencia de la humanidad, “vemos a nuestros hermanos casi muertos y no hacemos nada. La cultura del bienestar que nos lleva a nosotros mismos nos crea insensibles. Nos hace vivir en una bola de jabón…. En este mundo de la globalización hemos caido en el mundo de la indiferencia, nos estamos habituando al sufrimiento del otro, no nos interesa, no es nuestro problema”.
Humilde y simple como un migrante
Para el responsable de la Oficina Pastoral del Migrante de la arquidiócesis de Milán, padre Gian Carlo Quadri, la migración es un fenómeno de la globalización: “La migración es hoy un sistema de vida que se hace por trabajo, por eso la figura del papa Francisco, que tiene esa mentalidad, es porque también él es un migrante, que proviene de una familia italiana que se va a la América del Sur, y ahora es el hijo de esa familia quien regresa de Sudamérica para ser nuestro santo padre”.
El padre Gian Carlo destaca la calidad del papa como alguien “humilde” y “simple”, como lo es el migrante, quién afronta ante la vida, la disposición de la misma vida.
Francisco durante la misa afirmó que los migrantes en vez de encontrar vida solo conocieron la muerte. Ante ello, el representante de la pastoral con los migrantes en Milán propone que “se debe luchar contra los vendedores de muerte, los que se aprovechan de personas y de niños transportandoles, sacandoles de su país para exportarlos. No es viajar, es vender hombres. Estas personas son vendedore de almas y en ese sentido Francisco ha pedido atención a estas cosas y creo que sea una atención verdaderamente importante”.
“Hombre del año”
Al ser nominado el papa Francisco como el “Hombre del Año” por la revista Vanity Fair, la edición digital FANPAGE destaca los testimonios de Elton John, quien lo considera “un milagro de humildad en la era de la vanidad… el papa parece querer llevar a los antiguos valores de Cristo y tenerlos presente en el siglo XXI”. Para el tenor italiano Andrea Bocelli, el sumo pontifice es un verdadero don de Dios.
Durante la historia de la Iglesia, Jorge Mario Bergoglio resulta ser el primer papa latinoamericano. Ante este contexto, en una entrevista realizada por la revista italiana Familia Crisitiana, el profesor de Historia Contemporanea del cristianisimo latinoamericano de la Universidad de Módena, Gianni La Bella, afirma que el papa es el fruto maduro de un progresivo acercamiento de la Santa Sede con dirección a América Latina. La Bella recordó que en 1950, Pio XII entendió que en términos geopolíticos y demográficos, la fuerza de la fe estaba en América Latina.