El santo padre Francisco ha acudido esta tarde a la basílica de Santa María la Mayor para pedir a la Virgen su protección para el próximo viaje apostólico en Brasil, para los jóvenes que se reunirán en la Jornada Mundial de la Juventud de Río de Janeiro y para todos los jóvenes del mundo. Esta es la cuarta vez que el papa visita esta basílica, la iglesia más antigua y más grande de Roma dedicada a la Virgen. La primera vez fue al día siguiente de su elección como pontífice y la segunda el primer sábado de mayo para rezar allí la oración del Rosario y la última fue el día del Corpus, al finalizar la procesión que salió de San Juan de Letrán.
Según informa un comunicado de la Santa Sede, el papa ha llegado a la basílica hacia las 16.45, donde ha sido acogido por el cardenal arcipreste Santos Abril y Castelló. Ha entrado por la puerta lateral hacia la sacristía y se ha dirigido a la Capilla donde se encuentra la imagen de la Virgen Salus Populi Romani y donde estaban reunidos los canónigos de la basílica y la comunidad de los padres dominicos. Delante del icono mariano el papa ha pasado más de media hora en oración silenciosa, después ha hecho una ofrenda floral y ha encendido una vela que llevaba el logotipo de la Jornada Mundial de la Juventud de Río de Janeiro.
Como la basílica estaba abierta al público y numerosos fieles estaban presentes, el papa antes de salir se detuvo en el altar central, donde ha escuchado unas palabras del cardenal arcipreste y ha dirigido unas palabras a los fieles, pidiéndoles que le acompañen también ellos «con la oración, con la confianza y con la penitencia» a su viaje a Brasil y en su encuentro con los jóvenes de todo el mundo.
La visita en total ha durado un poco más de una hora. A las 18.00 el santo padre estaba de regreso en el Vaticano.