El cardenal Angelo Scola realizará hoy una “visita de cortesía” al patriarca Kirill de Moscú. Lo anunció a la prensa el propio purpurado durante su primer día de visita a la capital rusa. Un encuentro que «no está relacionado con la inminente visita del presidente Vladimir Putin al papa”, como ha tenido a bien explicar él mismo.
El viaje de tres día del arzobispo de Milán a Moscú coincide con un período de intensos intercambios entre las dos Iglesias. El metropolita Hilarión de Volokalamsk, presidente del Departamento para las Relaciones externas del Patriarcado de Moscú, está en Roma y se ha encontrado esta mañana con el santo padre. Además, va a presentar el libro «Verbo de Dios y palabra del hombre», una obra que recoge diferentes intervenciones del filósofo Serghei Averintsev. Y, a final de mes, se espera que el presidente del Pontificio Concejo para la Familia, Mons. Vincenzo Paglia, intervenga en un convenio sobre el tema de la familia, organizado en Moscú por los ortodoxos.
“La visita de cortesía que haré al patriarca –explicó el purpurado– tiene como finalidad contar la modalidad con la cual los fieles ortodoxos viven en Milán y celebran la Divina liturgia, cómo nos relacionamos con ellos”. «Son importantes las comisiones doctrinales y teológicas, así como el compromiso sobre temas comunes a las dos iglesias como familia, justicia, vida”, añadió, “pero ahora tenemos una oportunidad más: que los fieles se encuentren y compartan la belleza, la bondad y la verdad del encuentro con el Señor”. “Creo que, en los últimos 30-40 años, por parte de todas las confesiones cristianas exista la firme convicción de la indispensabilidad del diálogo ecuménico favorecido también por la actual mezcla de culturas”, observó el cardenal Scola. En la diócesis lombarda, católicos y ortodoxos “vivimos una relación de gran fraternidad». Es precisamente a «nivel de pueblo» donde se lleva a cabo el diálogo más eficaz, apuntó.
Por otra parte, el arzobispo de Milán no quiso pronunciarse sobre la posibilidad de un encuentro entre el pontífice y el patriarca de Moscú, un hecho que se espera desde hace tiempo. “No soy adivino”, bromeó, para luego añadir, citando el Evangelio de san Juan: “Una cosa está clara, como dice Jesús: ‘Que sean una cosa sola para que el mundo crea’”. Antes de intervenir en la Universidad San Juan Crisóstomo, con una ponencia titulada “La identidad, alteridad, universalidad”, el purpurado hizo notar que “la perspectiva de la unificación no puede no estar en el corazón de todo fiel cristiano”.
Para muchos expertos, no está descartado que la anunciada visita de Putin al papa Francisco pueda facilitar el acercamiento entre las dos Iglesias hermanas. Es más, no está claro si la audiencia privada en el Vaticano haya sido programada en sintonía con el Patriarcado moscovita, que no ha comentado el posible significado de tal encuentro.
El presidente ruso, Vladimir Putin, puede encontrarse con el papa Francisco en Roma a finales de noviembre, afirmó el portavoz presidencial Dmitri Peskov, comentando la noticia publicada en los medios de comunicación y confirmada por la Santa Sede, sobre la audiencia privada entre los dos líderes el 25 de noviembre, en vísperas de la Cumbre Intergubernamental entre Italia y Rusia, programada al día siguiente en Trieste.
«La posibilidad de este encuentro es discutir en el marco de la preparación de la visita del Presidente de Italia, programada para el 25 y 26 de noviembre», señaló Peskov a Interfax. La audiencia con el santo padre según algunos medios de comunicación es «fuertemente deseada» por el líder ruso, quien en la cumbre del G20 en septiembre en San Petersburgo, mencionó explícitamente al Vaticano entre los Estados opuestos a un ataque militar extranjero contra Siria, que en ese momento parecía inminente.
Unos días antes había sido el propio pontífice quien escribió una carta a Putin, que siempre ha sido partidario de una solución política y diplomática de la crisis en Siria. En esta, el papa Francisco le manifestaba la preocupación de la Santa Sede por la posibilidad de una intervención militar como había exigido los Estados Unidos. Peskov dijo que «es aún demasiado pronto» para decir si durante la reunión en el Vaticano se analizará la misiva del santo padre, pero ciertamente en la mesa estará el tema de los esfuerzos internacionales para poner fin a la guerra en Siria y la situación de los cristianos en el Medio Oriente.
El expediente de los cristianos perseguidos es importante también para el Kremlin, cada vez más dispuesto a presentarse como un mediador entre Oriente y Occidente.
El mes pasado, unos 50 mil cristianos sirios han pedido la ciudadanía rusa, con el miedo de «ser desterrados de sus propias tierras, por primera vez desde el nacimiento de Cristo». El Kremlin ha declarado que se estudiará seriamente la solicitud.
Vladimir Putin ya ha tenido tres reuniones con los papas anteriores: en marzo de 2007, con Benedicto XVI y con Juan Pablo II en junio de 2000 y en noviembre de 2003. En febrero de 2011, fue el entonces Jefe de Estado ruso, Dmitri Medvedev, quien visitó en el Vaticano al pontífice alemán, dos años después del restablecimiento de relaciones diplomáticas plenas entre los dos Estados.