Faltan dos días para la nueva manifestación de protesta contra el proyecto de ley Scalfarotto contra la homofobia que, basándose en la ideología de género, corre el riesgo de distorsionar el concepto de familia fundada sobre el matrimonio entre hombre y mujer, y también de silenciar cualquier forma de disidencia y de libertad de expresión sobre estos temas.
La cita con la Manif Pour Tous Italia será el próximo sábado 11 de enero en la plaza de los Santos Apóstoles en Roma. Para conocer los detalles de la iniciativa y los últimos desarrollos, ZENIT ha entrevistado a Jacopo Coghe, de 29 años, casado y padre de dos hijos, presidente del Comité de la Manif Pour Tous Italia.
Esta iniciativa toma el mismo nombre que la surgida en Francia en defensa del matrimonio entre hombre y mujer y la familia. El año pasado, organizaron manifestaciones en las que llegaron a participar más de 1 millón de personas de diferentes credos e ideologías políticas en contra de la ley Taubria.
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Su asociación está activa desde el pasado julio y ya ha llevado a las plazas varias manifestaciones en numerosas ciudades de Italia. ¿Cuáles son los resultados que han obtenido y cuáles son sus objetivos a corto plazo?
–Jacopo Coghe: Seguramente el primer objetivo es aumentar el consenso y atraer la atención sobre el tema. Lo que hemos conseguido hasta ahora es un aumento de consenso y visibilidad, no tanto por la asociación sino por el tema: lo que tenemos en el corazón es la familia. Hemos encontrado una total desinformación sobre el argumento, por tanto, el principal objetivo es informar y llevar a la gente a manifestarse.
Hemos tenido ya varias manifestaciones, con un crecimiento constante cuantitativa y cualitativamente de los ponentes y los miembros. En solo seis meses hemos obtenido resultados óptimos pero nada que ver con aquello hacia lo que apuntamos realmente. Nuestra idea es la de, en caso de que se apruebe la ley contra la homofobia o se inicie en el parlamento la discusión sobre uniones civiles, se lleve a las plazas un nuevo Family Day, obviamente acompañado por la MPT, y una manifestación abierta a todos.
¿De qué forma la Manif Pour Tous está desarrollando su acción y está recogiendo adhesiones?
–Jacopo Coghe: Los primeros desarrollos de nuestra asociación han sucedido tomando referencia de lo que ya se realizaba en Francia. Muchos de nuestros adheridos ya conocían el nombre Manif Pour Tous y estaban informados sobre los hechos franceses. Aquí en Italia, el consenso se está determinando con muchas adhesiones espontáneas a través de nuestra página web y con la petición de abrir círculos en toda Italia. Una vez abierto el círculo, la gente se activa y se informa, hay un pasapalabra y una voluntad muy espontánea de informar entre personas. Sobre el territorio, una vez activados estos grupos, buscamos hacer cursos de información. De aquí a la primavera tendremos conferencias y encuentros, en los cuales, en una hora, con la contribución de un abogado, un psicólogo y un representante de la asociación, se explica en qué consisten las leyes que quieren pasar a la Cámara y al Senado y qué es la ideología de género que está detrás de estas leyes. Los otros instrumentos son las redes sociales, las manifestaciones y las adhesiones espontáneas.
Una peculiaridad de la Manif Pour Tous es la de conseguir unir a jóvenes y no tan jóvenes, así como su capacidad de llevar a la plaza a las familias, una categoría normalmente refractaria a las manifestaciones de protesta. ¿Qué habéis hecho para ganar un consenso tan grande?
–Jacopo Coghe: La cosa que me conmueve mucho es que la adhesión es principalmente juvenil: la edad media de los participantes es en torno a los treinta años. Hay un consenso transversal tanto a nivel de edad como de personalidad, así como es nuestro objetivo. Estamos buscando la manera de crear un consenso transversal entre católicos, judíos, musulmanes, personas de derecha o de izquierda, o también homosexuales contrarios a este proyecto de ley, como el portavoz francés de Homovox que intervendrá el próximo sábado .
No estamos usando técnicas comunicativas particulares: si se dan informaciones correctas sobre lo que está sucediendo, las familias se activan por sí solas. Lo que hay detrás de la homofobia es fundamentalmente la ideología de género, que sale de la educación en las escuelas y pretende inculcar tal ideología desde la guardería: como sucede con el informe Estrela o en las indicaciones del ex ministro Fornero. Con todos estos medios, se elimina la potestad educativa de los padres que, antes que nada no son informados y quizá ni siquiera comparten tales principios. Sintiéndose atacados sobre los hijos y sobre las personas indefensas, las familias, a este punto reaccionan, porque creen en el valor de la familia a nivel antropológico, más allá del credo político.
En las redes sociales el tema de la homofobia o del género es muy debatido y los tonos son a menudo demasiado ‘encendidos’. ¿Qué respondéis a quien os acusa de homófobos, extremistas o anticuados?
–Jacopo Coghe: Son ataques no fundamentados. Como ya hemos afirmado otras veces en nuestra web y redes sociales, uno de nuestros valores es el respeto a la alteridad. Por tanto, como seres humanos, debemos ser respetuosos con la persona cercana y la persona que tiene diferente forma de pensar. En base al respeto debemos ser libres de expresar nuestras opiniones. Como por la otra parte está esta libertad, por la nuestra reiteramos el concepto de que la familia está formada por un hombre, una mujer y los niños. Los niños, por tanto, no son un «derecho», como se quiere hacer creer. Con esta ley se quiere impedir manifestar el propio desacuerdo en el momento en el que se presentará la ley sobre uniones homosexuales.
Eventuales modificaciones al proyecto de ley Scalfarotto podrían salvaguardar la libertad de expresión o, por lo menos, limitar los daños?
—Jacopo Coghe: Debemos ser intelectualmente honestos: nuestro ‘no’ es un ‘no’ seco sobre toda la línea. La misma modificación Gitti es un poco un «tiro en el pie» y el proyecto de ley, así como hoy descontenta a todos, empezando por las asociaciones gay, que ven esta ley sin potencia respecto a sus objetivos. La modificación Gitti consentiría pronunciar en misa el pasaje de san Pablo sobre la homosexualidad, aunque impediría a una asociación hacer educación interna sobre el mismo tema, decir que la homosexualidad es inmoral o que la familia está compuesta por un hombre y una mujer y no por personas del mismo sexo. Es una contradicción decir que es legal hacerlo en privado pero no en público…
Traducido del italiano por Rocío Lancho García