El arzobispo Pietro Parolín, secretario de Estado de la Santa Sede, ha encontrado hoy al medio día en el Vaticano a John Kerry, secretario de Estado de Estados Unidos. El ministro de exteriores del gobierno del presidente Obama, es el primer canciller católico norteamericano desde la época de Ed Muskie, secretario de Jimmy Carter en 1980.
En el transcurso de los coloquios, centrados en temas de política exterior, se ha discutido sobre el proceso de paz en Medio Oriente, en especial la situación en Siria y la preparación de la Conferencia de paz Ginebra-2. El encuentro iniciado a las 13 horas se prolongó durante una hora y cuarenta minutos. Participaron además el arzobispo Dominique Mamberti, Secretario para las Relaciones con los Estados y Kenneth F. Hackett, embajador de Estados Unidos ante la Santa Sede.
Kerry viene de París, en donde ayer encontró al ministro de Rel. Exteriores de Rusia, Sergei Lavrov, y se habló de la posibilidad de un cese del fuego. Después de este encuentro en el Vaticano seguirá hacia Kuwait, en donde está programada una conferencia con los donantes de Siria.
El director de la Sala de Prensa, el padre Federico Lombardi refirió que la Santa Sede «apreció la admósfera positiva» y la impresión «que el encuentro ha sido fructífero». Se trataron «diversos temas», sobre todo «la situación en Medio Oriente», a partir del problema sirio y de la Conferencia de Ginebra prevista para este 22 de enero. El portavoz recordó también «la preocupación de la Santa Sede por la situación humanitaria y la ayuda a la población».
También se abordó la necesidad de retomar los negociados entre Israel y Palestina, tema sobre el cual «el secretario de Estado de EE.UU. está muy empeñado», dijo Lombardi.
Otros asuntos tocados fueron la situación en África, en concreto en Sudán del Sur. No faltó tampoco algo más local para el ministro de Obama y que le preocupa a la Conferencia Episcopal de Estados Unidos: la reforma sanitaria y la defensa de la vida desde la concepción a su término natural.
La visita de Kerry al Vaticano se produce el día después de que en la Academia Pontificia de las Ciencias concluyó una reunión sobre la guerra civil en Siria, en la que se hizo un llamamiento al cese inmediato de las violencias, se pidió también el comienzo de la reconstrucción y el inicio del diálogo entre las distintas comunidades.
La reunión, que se realizó antes de la conferencia de paz de Ginebra, fue abierta por el presidente del Consejo Pontificio para el Diálogo Interreligioso, el cardenal Jean -Louis Tauran.
En un comunicado publicado esta mañana se manifiesta la esperanza de que la conferencia de paz, llamada Ginebra-2, permita «al pueblo de Siria, la región y el mundo concebir un nuevo inicio y poner fin a la violencia que ha costado más de 130.000 vidas, dejando en ruinas y en el caos un hermoso país».
Según los expertos internacionales que han participado en esta jornada de trabajo, el primer paso es un alto el fuego y el fin de la violencia: «todos los combatientes deben deponer las armas, las potencias extranjeras deben tomar medidas para detener el flujo de armamentos y su financiación”.
“La Santa Sede –indica el comunicado- apoya todas las religiones y todas las comunidades de Siria, con la esperanza de un nuevo entendimiento y la recuperación de la confianza después de años de violencia entre comunidades”. Para ello, el diálogo debe centrarse en las «necesidades urgentes de reconstrucción espiritual y comunitaria».
Los participantes de la conferencia expresaron también su preocupación por la situación de millones de refugiados sirios que «sufren privaciones extremas potencialmente mortales en términos de alimentos, saneamiento, electricidad, telecomunicaciones, transporte, y otras necesidades humanas básicas».