El Capítulo General Extraordinario de los Legionarios de Cristo ha emitido un comunicado sobre el camino de renovación que están recorriendo y en él piden perdón por los actos gravísimos e inmorales cometidos por su fundador, el padre Maciel.
El Capítulo General Extraordinario se encuentra reunido en Roma desde el pasado 8 de enero bajo la presidencia del Delegado Pontificio, el cardenal Velasio De Paolis, en la que ha sido la primera reunión del Capítulo General desde 2005.
«Con esto queremos definir de manera conclusiva la postura de nuestra congregación sobre los comportamientos del P. Marcial Maciel y su papel de fundador, en continuidad con las disposiciones de la Santa Sede y con la anterior declaración de todos los superiores mayores de la Legión de Cristo», se puede leer al inicio del comunicado.
Asimismo reconocen que «uniéndonos a Jesucristo esperamos poder redimir nuestra historia dolorosa y vencer con el bien las consecuencias del mal. Sólo así podemos encontrar sentido evangélico a lo sucedido y construir nuestro futuro sobre los sólidos fundamentos de la confianza en Dios, la fidelidad a la Iglesia y la verdad».
Al mismo tiempo han querido expresar a través de este comunicado «nuestro hondo pesar por el abuso de seminaristas menores de edad, los actos inmorales con hombres y mujeres adultos, el uso arbitrario de su autoridad y de bienes, el consumo desmesurado de medicamentos adictivos y el haber presentado como propios escritos publicados por terceros». También reconocen que les resulta «incomprensible la incoherencia de seguirse presentando durante décadas como sacerdote y testigo de la fe mientras ocultaba estas conductas inmorales. Todo esto lo reprobamos firmemente».
Apenados por las víctimas que esperaron en vano una petición de perdón por parte del fundador «hoy queremos hacerla nosotros, expresando nuestra solidaridad con todas ellas».
Por otro lado explican que los padres capitulares han escuchado la manera en que los superiores mayores de la congregación han ido conociendo estos aspectos escondidos de la vida de Maciel, cómo intentaron discernir la respuesta que había que dar. «Junto con ellos, hoy reconocemos con tristeza la incapacidad inicial de creer los testimonios de las personas que habían sido víctimas del P. Maciel, el largo silencio institucional y, más adelante, los titubeos y errores de juicio a la hora de informar a los miembros de la congregación y a las demás personas. Pedimos perdón por estas deficiencias que han aumentado el dolor y desconcierto de muchos», afirman.
Por otro lado, el comunicado informa del análisis de algunos aspectos relativos al camino de renovación en el que están trabajando.
En el campo de la revisión del carisma indican que «el Delegado Pontificio nos ha guiado en primer lugar a una comprensión adecuada del papel del P. Maciel», reconociendo que una congregación religiosa «no tienen origen en la persona del fundador, son un don de Dios». Al respecto reconocen que «una comprensión inadecuada del concepto de fundador, la exaltación excesiva y la visión acrítica de la persona del P. Maciel nos llevó muchas veces a dar un valor universal a sus indicaciones y a aferrarnos demasiado a ellas». En estos años de revisión, han llegado a «una comprensión más adecuada de nuestra inserción en el Movimiento Regnum Christi y a valorar y respetar la vocación y autonomía de los demás miembros».
Con respecto al ejercicio de la autoridad, han «buscado introducir una clara separación entre el ámbito de la conciencia (la dirección espiritual y de la confesión), el fuero interno y el fuero externo (la guía del superior y la disciplina religiosa) para garantizar mejor la libertad e intimidad de cada religioso». Todo esto con «mayor rotación de personas que ocupan los diversos puestos de gobierno y con el acompañamiento en el ejercicio de su autoridad por parte de un consejo que se reúne periódicamente y analiza los asuntos más importantes, tratamos de prevenir posibles arbitrariedades y abusos».
En otro de los aspectos estudiados, el de la formación de religiosos, «se ha verificado sobre todo la necesidad de mejorar el acompañamiento vocacional para que los novicios y religiosos maduren su decisión personal delante de Dios antes de emitir su profesión religiosa».
En los primeros días del Capítulo escucharon también el informe de dos comisiones que el Delegado Pontificio había instituido.
Por un lado la “Comisión de acercamiento” ha atendido a las personas que han solicitado alguna acción por parte de la Legión de Cristo a causa de hechos que guardan relación directa o indirecta con el P. Marcial Maciel. El Presidente de la comisión, monseñor Mario Marchesi, informó sobre los doce casos que se han presentado. Al respecto «la congregación ha actuado en cada caso según las propuestas de la comisión. La escucha y la ayuda material ofrecida a las víctimas ha contribuido, en lo humanamente posible, a aliviar sus heridas y a fomentar la reconciliación». Y por otro lado está la “Comisión para el estudio y revisión de la situación económica de la Congregación de los Legionarios de Cristo” que tenía la finalidad de analizar la gestión económica y situación financiera de la congregación. El informe presentado al Capítulo por monseñor Mario Marchesi, miembro de la comisión, «subraya que no se han encontrado malversaciones de dinero u otras irregularidades en los ejercicios fiscales revisados». En relación a este punto, la Comisión ha señalado la necesidad de ajustar y simplificar la estructura administrativa para fomentar la responsabilidad propia de los superiores territoriales, los superiores locales, ambas ramas de miembros consagrados del Regnum Christi y los directores de las obras de apostolado.
En las próximas semanas de las reuniones capitulares concluirán la revisión de las constituciones para someterlas a la aprobación de la Santa Sede y establecererán prioridades y orientaciones para seguir «con renovada esperanza el camino que la Iglesia nos ha marcado, bajo el cuidado atento de las autoridades competentes».
Finalmente, concluyen el mensaje agradeciendo «a Dios por su amor misericordioso, a la Iglesia que nos ha guiado en la persona del Sucesor de Pedro, a Su Eminencia el cardenal Velasio De Paolis y a sus cuatro consejeros personales». Además agradecen «a todos los legionarios de Cristo por su testimonio de fe, de entrega y de caridad fraterna», a los miembros del Regnum Christi y a tantas personas que les «han acompañado durante estos años con su oración y caridad». Así como se dirigen también a «todos aquellos hermanos nuestros, religiosos y sacerdotes, que durante este periodo abandonaron la congregación, queremos expresarles nuestro pesar por ya no tenerlos entre nosotros. Les pedimos una sincera disculpa si no los hemos escuchado y acompañado evangélicamente y quisiéramos mantener la amistad y el diálogo fraterno».
Y nuevamente piden perdón y reiteran su esfuerzo de reconciliación «con todos los que de un modo u otro fueron heridos por los tristes eventos de estos años y por nuestras deficiencias».