Actualmente en Quebec (Canadá), el gobierno está intentando aprobar su propia ley de la eutanasia, que es muy similar a la que existe en Bélgica desde 2002. La Quebec Human Rights Commission ya recomienda la ampliación de la eutanasia a los menores.
El interés belga por la eutanasia y el alto grado de aprobación que suscita en todo el país han permitido abordar abiertamente un asunto tan espinoso como el final planificado de la vida de un menor (un 74 por ciento de los belgas son favorables a esa extensión de la norma aprobada hace más de 10 años, según un reciente sondeo publicado por el diario La Libre Belgique).
Por este motivo, una niña canadiense de 4 años ha pedido al Rey de los belgas que no sancione la norma que permitirá la eutanasia infantil en el país. "En nombre de todos los niños del mundo, por favor, no firme la ley", le ha suplicado la menor en un vídeo difundido el pasado 2 de febrero por el doctor Paul Saba, psiquiatra de familia y padre de la protagonista de la grabación, y su mujer Marisa.
En el audiovisual, el psiquiatra solicita personalmente al monarca que tome partido por la causa de la vida. Si la ampliación de la ley se aprueba en Bélgica, explica Saba, existe un serio peligro de que este precedente sirva para extender la eutanasia pediátrica en todo el mundo. “No podemos permitir que esto ocurra”, subraya el médico.
La hija de Paul Saba nació en mayo de 2009 con una malformación cardiaca severa: una válvula completamente bloqueada y un ventrículo poco desarrollado. Sólo hubiera podido sobrevivir unas pocas horas o días si no llega a ser por una serie de intervenciones cardiacas realizadas en el Montreal's Children's Hospital. A los seis días, su válvula ya estaba desbloqueada y de forma gradual su ventrículo poco formado comenzó a desarrollarse.
Si la menor hubiera nacido en un país en el que la eutanasia infantil estuviera permitida, podría haber sido una firme candidata a la muerte.
Cada año ocho millones de niños nacen con una grave malformación por una alteración genética, según un informe presentado por la Fundación March of Dimes, un organismo dedicado a la prevención de estos trastornos. Además, alrededor del 6% de todos los recién nacidos sufre una malformación congénita. Al igual que esta pequeña, muchos de ellos podrían ser víctimas de esta práctica inhumana.
El médico holandés Eduard Verhagen defiende que algunos padres puedan preferir la opción de la eutanasia para los bebés muy enfermos antes que abortar.
Verhagen es director de Pediatría de la Universidad de Groningen. Pero es más conocido en Europa por la bandera que ha hecho de la eutanasia neonatal, como último método para poner fin al sufrimiento infantil.
Médico y abogado, es autor del Protocolo de Groningen, la guía que utilizan los médicos de Holanda para decidir en qué casos se debe aplicar la eutanasia pediátrica.
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