En una entrevista telefónica con Reuters difundida ayer, el hombre más cercano al Pontífice alemán en los últimos años cuenta –entre otros asuntos– cómo es el día a día de Benedicto, cuál es su estado de salud, cómo vive el haber dejado el cargo y su relación con el papa Francisco.
Durante sus declaraciones, monseñor Georg Gänswein asegura que el Papa emérito «no se arrepiente» de la renuncia. Es más, «Benedicto está en paz consigo mismo y creo que está también en paz con el Señor», destaca.
Los medios de comunicación, recuerda el entrevistador, nunca fueron tiernos con Ratzinger: ¿existe algún resentimiento? «No», responde su más fiel colaborador, aunque claramente ha sido doloroso ver muchas veces que «han escrito cosas que no corresponden concretamente a lo que se ha hecho». Y añade que la medida para juzgar lo realizado, la medida de la acción, «no es lo que los medios de comunicación escriben, sino lo que es justo ante Dios y ante la conciencia».
Además, sobre el juicio que merecerá su papado, monseñor Gänswein no tiene dudas: «La historia tendrá un juicio diferente del que a menudo se leía en los últimos años durante su pontificado, porque las fuentes son claras y dan agua clara».
Antes de retirarse al antiguo convento en los Jardines Vaticanos, Benedicto XVI dijo que viviría el resto de sus días «oculto del mundo», en oración y aislamiento. Desde entonces, son rarísimas las imágenes del Pontífice emérito. Tras su renuncia, se le ha fotografiado apenas tres o cuatro veces.
«De hecho, él está lejos del mundo, pero a su manera está presente en la Iglesia. Su misión ahora, como él ha dicho una vez, es la de ayudar a la Iglesia y a su sucesor, el papa Francisco, con la oración. Esta es su primera y más importante tarea», explica el arzobispo alemán. Y cuenta que a lo largo del día «estudia, lee, se ocupa de la correspondencia, y también están las visitas». Añade que «paseamos rezando el rosario; varias veces también toca el piano, todo a la medida de un hombre que tiene 86 años», prosigue.
Como prefecto de la Casa Pontificia, monseñor Gänswein trabaja por las mañanas con el papa Francisco, pero las tardes las dedica a atender los asuntos del Papa emérito. De hecho, es cada día el enlace entre los dos. Por este motivo, puede confirmar la excelente relación que mantienen ambos.
«Desde el principio ha habido un buen contacto entre los dos y este buen comienzo ha crecido y madurado. Se escriben, se llaman por teléfono, conversan, se invitan. Sabe que el papa Francisco ha ido varias veces al Monasterio Mater Ecclesiae y también el papa Benedicto ha estado en Santa Marta. Hay un buen «feeling» en diferentes niveles», señala.
Finalmente, preguntado por el actual estado de salud de Benedicto, su secretario particular indica que este «se encuentra bien, aunque ciertamente es una persona que tiene sus años. Es un hombre físicamente anciano, pero su espíritu es muy vivaz, muy claro».