En una mañana con un sol radiante después de varias semanas de intensa lluvia, unas 25 mil parejas se reunieron hoy en Roma, en la plaza de San Pedro, para festejar San Valentín junto al papa Francisco.
Una fiesta para recordar la belleza del sí para siempre en la que música, poesías, testimonios, prepararon el ambiente para la llegada del Papa que poco después del medio día llegó despertando una ovación.
La iniciativa organizada por el Pontificio Consejo para la Familia, contó con confirmaciones de 28 países del mundo. “Un tal éxito de la iniciativa no estaba previsto hace tres semanas atrás” indicó Mons. Vincenzo Paglia, presidente del dicasterio. Y añadió: “Demuestra que hay jóvenes que van contracorriente y desean que su amor dure para siempre y sea bendecido por Dios, mismo en un mundo en el que viven no crea que esa relación dure eternamente y prefiere que cada uno piense sólo a sí mismo”.
Se escucharon canciones como: ‘Vorrei trovarti fra cent’anni’ o “A te che sei l’unica al mondo…”
Uno de ellos contó algunas historias divertidas como que su novia le había pedido ‘un diamante’ pero que el verdadero diamante fue ese ‘sí’ delante del altar. O el testimonio de un periodista estadounidense con una joven inglesa que se conocieron al visitar el pesebre en la Plaza de San Pedro… Y el noviazgo crece hasta que llega el matrimonio.
También presente, un matrimonio de media edad, casado hace 35 años. Ella y él se conocieron en un campo de verano. Él, ateo, no creía en una unión para toda la vida y ella, poco practicante, hasta que la invitaron a un encuentro y descubrió a Jesús. Ella lo invita a él.
Poco después de las 12 llegó el Papa en el jeep, mientras sonaba el canto de la Jornada Mundial de la Juventud, en medio de la ovación de las casi 25 mil parejas.
Mons Paglia, tras recordar que San Valentín era obispo de la ciudad de Terni que fue martirizado tras casar a un soldador romano con una cristiana, indicó que estos jóvenes presentes en la plaza quieren ‘un sí para siempre’ en una cultura de lo provisorio y de lo descartable.
A continuación tres parejas le hicieron una a la vez, una pregunta al Papa, que las respondió, y aunque precisó que las preguntas se las habían hecho antes y que por lo tanto había preparado las respuestas, aunque si bien leyó parte de estas, otra parte las respondió improvisando y despertando aplausos y entusiasmo, como es su estilo.
Primera pregunta: ¿Es posible amarse por siempre?