A un año del secuestro del sacerdote armenio católico Mikael Kayal y del sacerdote siro ortodoxo Maher Mahfouz, que tuvo lugar el 9 de febrero de 2013 en la carretera que va de Alepo a Damasco, este domingo se han celebrado numerosas misas en las iglesias de Alepo, para pedir al Señor el don de su liberación, junto a la de todos los obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas secuestrados en el marco del dramático conflicto sirio.
Por su parte, el Sheikh Mohammad Abdel-Hady al-Yaaqubi, miembro de la oposición siria presente en las conversaciones de Ginebra 2, ha pedido a todos los militantes islámicos que «liberen inmediatamente a todos los que están detenidos injustamente en contra de su voluntad, y sobre todo a los obispos, religiosas y religiosos inocentes». Al Yaaqubi ha afirmado con fuerza que los actos de violencia y los abusos contra las personas inocentes «no están de acuerdo con los principios del Islam».
Estas declaraciones del erudito islámico, recogidas hoy por la agencia Fides, fueron realizadas durante una conferencia de prensa posterior a la reunión que algunos miembros de la oposición al régimen de Al Asad tuvieron en Ginebra con el pastor y teólogo luterano noruego Olav Fykse Tveit, secretario general del World Council of Churches.
Durante el encuentro con los opositores sirios, el Dr. Tveit pidió también oraciones por la paz en ese país. «Nosotros, como líderes religiosos, debemos mantener viva la esperanza de que los milagros son posibles y que la paz llegará. Si no lo hacemos nosotros, ¿quién lo hará?», afirmó el dirigente del World Council of Churches.
En estos casi tres años de guerra, seis religiosos han sido asesinados y diecisiete permanecen secuestrados, entre ellos el obispo metropolita de Alepo y Alejandría, Boulos Yaziji, y el siríaco ortodoxo de Alepo, Yohanna Ibrahim, capturados por un grupo armado cuando viajaban en coche cerca de la frontera con Turquía a comienzos del año pasado. También fueron secuestradas un grupo de trece monjas del convento de Santa Tecla en Malula.
En el caso de los obispos no hay información de ningún tipo, pero las religiosas sí parece que están vivas y para su puesta en libertad los captores exigen la liberación de mil prisioneras de las cárceles del régimen sirio, el levantamiento de los cercos del Ejército sobre los bastiones opositores y un comunicado público por parte de la jerarquía eclesiástica posicionándose de forma oficial contra el Gobierno de Al Asad.