La religiosa camiliana sor Cándida Belloti, hoy cumplió 107 años, siendo la religiosa más anciana del mundo y fue un cumpleaños muy especial. En seguida después de la misa cotidiana que el Papa celebra en Santa Marta, saludó a la religiosa italiana. “No podía tener una alegría más grande –indicó sor Cándida– que la de festejar mi cumpleaños con el papa Francisco”.
Ella que pertenece a la congregación de las Ministras de los Enfermos de San Camilo indicó: En mis 80 años como religiosa nunca me he arrepentido de haber elegido esta vocación”, y añadió que “solamente quien prueba la felicidad de acercarse al Señor puede entender cuanto su amor es abundante hacia nosotros y cuanta serenidad nos deja en el corazón”.
Sor Cándida nació en el norte de Italia, en la ciudad de Quinzano, en Verona, el 20 de febrero de 1907, y su nombre antes de entrar en religión era Alma Belloti. Era la tercera de diez hermanos, su papá era zapatero y su mamá ama de casa.
Sobre el secreto de una longevidad tan notable, la religiosa que vivió durante el pontificado de diez papas ha indicado: “Escuchar la voz de Cristo y ser dócil a su voluntad. Durante toda mi vida he pensado: dónde el Señor me lleva ese es el lugar justo para mi”.
Su oración preferida: el santo rosario, además de otra oración que repite siempre durante el día: “Señor, te adoro y te agradezco por tú amor y tú misericordia”, una oración simple para memorizar y rica de contenido.
Los camilianos son una orden religiosa que se dedican a la atención de los enfermos y esta monja, indicaron quienes la conocen, siempre ha vivido ejemplarmente su vocación, con coherencia y vivaz simplicidad, dando testimonio del mensaje de caridad de San Camilo hacia los enfermos y los más necesitados.
La religiosa tomó los votos en 1932, poco antes de la segunda guerra mundial. Trabajó principalmente en Roma, Turín Camaiore y Viareggio. En el 2000 a la edad de 93 años fue trasladada a la casa madre de la orden en la ciudad de Lucca para un merecido reposo. Participa de la vida de comunidad, asiste a la misa, y contribuye en lo que puede, indicaron sus compañeras de vocación. A los cien años viajó a Lourdes y ahora participó en la misa del Santo Padre.
Los Camilianos u Orden de los Ministros de los Enfermos fue fundada en agosto de 1582, cuando san Camilo de Lelis (1550-1614) tuvo la inspiración de crear «una compañía de hombres piadosos y buenos que sirvieran a los enfermos (…) voluntariamente y por amor de Dios, con el mismo amor que tiene una madre a su único hijo enfermo».