Al finalizar la Santa Misa celebrada en el sagrado de la Basílica Vaticana para la Canonización de los beatos pontífices Juan XXIII y Juan Pablo II, antes de recitar el Regina Coeli, el Santo Padre Francisco ha dirigido a los fieles y a los peregrinos presentes en la plaza de San Pedro, en las calles adyacentes y en otros lugares de Roma, las palabras que pronunciamos a continuación:
Queridos hermanos y hermanas,
antes de concluir esta fiesta de la fe, ¡deseo saludar y dar las gracias a todos vosotros! Doy las gracias a los hermanos cardenales y numerosos obispos y sacerdotes de todas partes del mundo. Mi reconocimiento va a las delegaciones oficiales de tantos países, venidos para homenajear a dos Pontífices que han contribuido de forma indeleble a la causa del desarrollo de los pueblos y de la paz. Un agradecimiento especial va a las Autoridades italianas por la preciosa colaboración. ¡Con gran afecto saludo a los peregrinos de la Diócesis de Bérgamo y de Cracovia! Queridísimo, honrad la memoria de dos santos papas siguiendo fielmente sus enseñanzas.
Agradezco a todos aquellos que con gran generosidad han preparado estas jornadas memorables: la diócesis de roma con el cardenal Vallini, el ayuntamiento de Roma con el alcalde Ignacio Marino, las fuerzas del orden y las varias organizaciones, las asociaciones y los numerosos voluntarios. ¡Gracias a todos!
Mi saludo va a todos los peregrinos -aquí en la Plaza de San Pedro, en las calles adyacentes y en otros lugares de Roma-, como también a todos los que están unidos a nosotros mediante la radio y la televisión; y gracias a los dirigentes y trabajadores de los medios de comunicación, que han dado a tantas personas la posibilidad de participar. A los enfermos, a los ancianos, hacia los cuales los nuevos santos estaban particularmente cercanos, llegue un saludo especial.
Y ahora nos dirigimos en oración a la Virgen María, que san Juan XXIII y san Juan Pablo II han amado como sus verdaderos hijos…
Regina Coeli