Comentario a la liturgia dominical – Domingo XII

Ciclo A – Textos: Jr 20, 10-13; Rom 5, 12-15; Mt 10, 26-33

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P. Antonio Rivero, L.C. Doctor en Teología Espiritual, profesor y director espiritual en el seminario diocesano Maria Mater Ecclesiae de são Paulo (Brasil).

Volvemos al tiempo común u ordinario. Momento privilegiado para experimentar nuestra pertenencia a la comunidad cristiana; para vivir el “día del Señor” con la conciencia gozosa de que Él está presente, aunque no lo vemos; para escuchar la Palabra y alimentarnos con el Cuerpo y Sangre de Cristo, sacramento que nos da fuerza en nuestro camino, y así salir de nuevo a “la vida” con más ánimos y energías.

Idea principal: No debemos tener miedo.

Resumen del mensaje: En nuestra vida pasamos por momentos duros, ¿quién no? (primera lectura). Cristo no nos ocultó nunca que nuestra vida cristiana sería difícil, pues no podemos tener mejor suerte que Él, nuestro Maestro (evangelio). Pero debemos vivir con confianza, dado que en Cristo tenemos sobreabundancia de gracia (segunda lectura).

Puntos de la idea principal:

En primer lugar, todos pasamos por situaciones y horas terribles, como Jeremías en la primera lectura: nos traicionan, nos critican y difaman, nos abandonan y nos dejan en la estacada; se ríen de nosotros; perdemos el trabajo y algún ser querido se nos va de casa; una enfermedad va minando nuestra salud; no podemos pagar nuestra deudas acumuladas. Para qué seguir. Situaciones duras y miedos hoy que acechan el mundo, la Iglesia y nuestras familias e hijos son: el secularismo dictador que echa a Dios fuera de la mesa de nuestras decisiones, el ateísmo militante que boxea contra Dios con la hoz y el martillo, y la despersonalización ideológica del católico, que no se sabe a qué va y con quién comulga. Estos enemigos nos hacen temblar.

En segundo lugar, en estos momentos debemos escuchar en el corazón la palabra consoladora de Cristo: “No tengáis miedo”. Y Cristo, al decirlo, sabía bien que de sus oyentes, Pedro moriría en Roma cabeza abajo, su hermano Andrés en Patras crucificado en aspa, a Santiago le cortarían la cabeza en Jerusalén y a su hermano Juan le echarían en una sartén, le sacarían ileso y le desterrarían a las minas de metal en Patmos, isla flotante en el Egeo. Parece que ni un solo discípulo murió en la cama. Que Cristo nos lo diga a nosotros “No tengáis miedo”, es otro cantar. No nos metemos con nadie; ante el materialismo, el hedonismo, el secularismo y otros “ismos” ni la piamos; en las pesebreras de la pornografía nos ponemos morados como los demás, en el matrimonio jugamos a la cuerda floja, trampeamos con el fisco, con el ejemplo enseñamos a los hijos las grandes marrullerías….como los demás. ¿Voy a tener miedo?

Finalmente, ¡ay de mí si no tengo miedo! Señal sería de que no vivo el evangelio radical, de que no soy testigo de nada, de que soy uno más en la camada de este mundo. Malo sería si nadie me insulta de trabajador a conciencia, de libre en el acoso sindical, de respetuoso con Dios cuando al lado retumba el trueno de la blasfemia, de católico comprometido que pisa fuerte en la estera del respeto humano. Pues no, señor, no debemos tener miedo porque estamos en las manos de Dios; si Él lleva cuenta hasta de los cabellos de nuestra cabeza y de los gorriones del campo, cuánto más no cuidará de nosotros, que somos sus hijos. No tengamos miedo, no, pues los que persiguen a los discípulos de Jesús podrán matar el cuerpo, pero no el alma ni la libertad interior. No tengamos miedo, pues el mismo Jesús, ante su Padre, dará testimonio de nosotros si nosotros le hemos sido fieles. Seamos cristianos de ley.

Para reflexionar: ¿A qué tengo miedo? ¿A quién tengo miedo? ¿Por qué tengo miedo? ¿Cómo salir de ese miedo visceral que me paraliza? Mirando a Cristo grita: Señor, en vos confío.

Cualquier sugerencia o duda pueden comunicarse con el padre Antonio a este email: arivero@legionaries.org

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Antonio Rivero

El padre Antonio Rivero nació en Ávila (España) en 1956. Entró a la congregación de los Legionarios de Cristo en 1968 en Santander (España). Se ordenó de sacerdote en Roma en la Navidad de 1986. Es licenciado en Humanidades Clásicas en Salamanca, en Filosofía por la Universidad Gregoriana de Roma y en Teología por la Universidad de santo Tomás también en Roma. Es doctor en Teología Espiritual por el Ateneo Pontificio Regina Apostolorum (Roma) donde defendió su tesis el 16 abril del año 2013 sobre la dirección espiritual en san Juan de Ávila, obteniendo “Summa cum laude”. Realizó su ministerio sacerdotal como formador y profesor de Humanidades clásicas en el seminario en México y España. Fue vicario parroquial en la ciudad de Buenos Aires durante doce años. Durante diez años fue director espiritual y profesor de teología y oratoria en el Seminario María Mater Ecclesiae en são Paulo (Brasil), formando futuros sacerdotes diocesanos. Actualmente es profesor en el Noviciado de la Legión de Cristo en Monterrey (México) y ayuda en el Centro Logos, en la formación de sacerdotes y seminaristas diocesanos. Ha dedicado y dedica también parte de su ministerio sacerdotal a los Medios de Comunicación Social. Ha publicado catorce libros: Jesucristo, Historia de la Iglesia, Los diez mandamientos, Breve catequesis y compendio de liturgia, El tesoro de la Eucaristía, El arte de la predicación sagrada, La Santísima Virgen, Creo en la Vida eterna, Curso de Biblia para laicos, Personajes de la Pasión, G.P.S (Guía Para Santidad, síntesis de espiritualidad católica), Comentario a la liturgia dominical ciclo A, Comentario a la liturgia dominical ciclo B, Comentario a la liturgia dominical ciclo C. Ha grabado más de 200 CDs de formación. Da conferencias en Estados Unidos sobre pastoral familiar, formación católica y juventud. Y finalmente imparte retiros y cursos de formación a religiosas, seminaristas y sacerdotes diocesanos en México, Centroamérica y donde le invitan.

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