Meriam Ibrahim, la madre cristiana condenada a muerte en Sudán por “apostasía”, y a cien latigazos por «adulterio», se encuentra aún en el país. Liberada después de la anulación de la sentencia de primer grado, fue bloqueada en el aeropuerto cuando estaba por embarcarse a Estados Unidos con su esposo y sus dos hijas.
Ahora está escondida en algún lugar de Sudán, probablemente en una embajada. Meriam, concedió ayer una entrevista telefónica a la CNN y confió que cuando estuvo presa ,“di a luz encadenada en mis piernas. No podía abrirlas y por eso las mujeres tuvieron que levantarme para llegar a la mesa sobre la cual no podía apoyarme”. Indicó que todo esto generó problemas para el parto, afectando la integridad de su hija. “No sé si en el futuro –declara a la CNN– ella podrá caminar normalmente”.
Su esposo Daniel Warni, tiene doble la nacionalidad, sudanés y estadounidense. A ella el consulado de Estados Unidos de concedió un pasaporte, que para las autoridades de su país sería falso. “¿Cómo puede mi documentación estar mal? Todo salió de la embajada. Es cien por ciento correcto y fue aprobado por el embajador de Sudán del Sur y el embajador de Estados Unidos” dijo.
La mamá de 27 años, con una hija de dos y más la recién nacida, recuerda el miedo cuando la policía sudanesa le detuvo nuevamente en el aeropuerto junto a su esposo, en el momento abandonar Sudán hacia Estados Unidos. “Nos encerraron en un cuarto durante unas cuatro o cinco horas y todo el tiempo estuvimos tratando de adivinar cuál era el problema”. Y precisó que “todos los días aparece una nueva dificultad que nos impide salir”.
Meriam ha sido condenada a muerte «por haberse convertido del Islam al cristianismo, tras casarse con un cristiano de Sudán del Sur». Además ha sido castigada a recibir cien latigazos por el «delito de adulterio», ya que su matrimonio no es considerado válido para la ley islámica.
Cuando la mujer fue detenida tribunal le dio tres días para renunciar a su fe, pero ella no lo hizo. Meriam sostiene haber sido educada como cristiana ortodoxa, la religión de su madre, porque su padre, musulmán, estuvo ausente durante su infancia.
Meriam en la entrevista cuenta: “Siempre he sido cristiana, no podría haber sido musulmana con las cosas que ellos dicen y por como me tratan, con un seikh distinto que venía a hablarme de vez en cuando y las mujeres en prisión que me decían todo tipo de cosas como ‘no comas la comida de la infiel’ al señalarme como ‘cristiana’. Siempre que se creaban estas situaciones la policía también se les unía”.