El nuevo presidente de la Conferencia Episcopal de Colombia (CEC), monseñor Luis Augusto Castro, ayer miércoles en su primer día en el cargo invitó a tomar en serio los diálogos del Gobierno con los grupos insurgentes Farc y el Eln que se están desarrollando en Cuba.
El actual arzobispo de Tunja, además de haber vivido en zonas de conflicto se ha destacado como facilitador en el diálogo con los grupos guerrilleros.
El cardenal Rubén Salazar Gómez, dejó el la dirección de la CEC a Mons. Castro tras haber cumplido dos mandatos de seis años como presidente, el máximo consentido por los estatutos del Episcopado.
Mons. Castro consideró en declaraciones a los medios que la negociación realizada en La Habana con las Farc va bien, aunque ahora viene lo más difícil, puesto que a los guerrilleros ahora le “falta la parte que los toca personalmente y es ahí donde queremos ver si realmente hay esa voluntad de paz”.
Refiriéndose al segundo grupo insurgente, el ELN les invitó a iniciar una negociación seria, porque “ellos son especialistas en dialogar y lo hacen con una gana terrible, pero cuando llega el momento de asumir compromisos se levantan de la mesa. Eso así no sirve. El diálogo debe ir por el camino eficaz y real hacia la consecución de la paz. En ese sentido, que les abran todas las puertas para un proceso que llegue al desarme, porque, si no llegamos hasta allá, pura fantasía y nada más”.
Otro punto que el nuevo presidente de la CEC indicó es la necesidad de un pedido de perdón sincero: “No podemos quedarnos con una reconciliación barata, falsa o que sea un disfraz de la impunidad. La tarea que tiene el Gobierno en La Habana es muy complicada porque hasta ahora se ha avanzado en lo fácil, se trata de conceptos”. Y añadió que por ello ahora viene la parte difícil de la negociación, porque la guerrilla “tiene que responder por las cosas que hizo. Las cosas tienen que ser claras para que no queden resentimiento ni rencor en los corazones, pues no podemos repetir la historia de otros países, donde se firmaron las paces pero cada uno siguió odiando”.
De otro lado un grupo de víctimas de las Farc, entre quienes están civiles, militares, policías, ex-secuestrados, sobrevivientes de minas antipersona, extorsión, tomas guerrilleras, atentados terroristas, etc., anunciaron que pedirán a la Iglesia su mediación para que su voz sea escuchada en la mesa de diálogos en Cuba.
Para ello han entrado en contacto con la CEC y realizarán una reunión este miércoles con el representante de Noruega, uno de los países garantes de los diálogos de paz. Le entregarán una carta con 120 preguntas de las víctimas de la guerrilla, en la que solicitan su derecho a saber la verdad, y del paradero se secuestrados y desaparecidos.