«Junto a los abogados del arzobispado, lamentamos muy sinceramente que no se haya podido continuar con las conversaciones que ambas partes llevamos adelante de buena fe, con esfuerzo y con el propósito de contribuir al proceso personal de renovación, curación y reparación que están viviendo los demandantes después de la dramática experiencia y los graves daños que les provocaron los abusos del sacerdote Karadima».
Con estas palabras se ha expresado el cardenal Ricardo Ezzati, arzobispo de Santiago, a través de un comunicado, al conocer que la parte demandante en el caso de abusos sexuales cometido por el sacerdote Fernando Karadima, ha confirmado su deseo de no continuar las conversaciones para lograr un acercamiento y una conciliación en el juicio que ellos han iniciado en contra del arzobispado de Santiago.
Asimismo, el purpurado recuerda que durante estos meses pasados, «le expresamos a los demandantes el reconocimiento por el aporte que realizaron con sus denuncias, las que permitieron que el tema fuera conocido por la Iglesia y la sociedad chilena, lo que condujo a comprobar los abusos y sancionarlos».
Del mismo modo, Ezzati afirma que desde que asumió el gobierno de la arquidiócesis, «yo mismo les he pedido perdón de corazón y comprensión por la frustración que les provocó el tiempo que requirió la investigación para comprobar los delitos y el haber sentido que su Iglesia no les acompañó como ellos esperaban. Y en ese sentido, reiteramos durante este proceso ese perdón».
Por otro lado, en el comunicado se explica que se inició este «proceso de conciliación con la conciencia de tener visiones distintas sobre algunos hechos. Intentamos acercar esas visiones para construir un relato común que, siendo verídico, pudiera dejar a ambas partes en paz». De este modo, añade que «para el arzobispado de Santiago resultaba fundamental que dicho acuerdo se construyera sobre la verdad que es la base de la justicia. En este caso, los abusos cometidos por el sacerdote Karadima sólo vinieron a ser conocidos por las autoridades de la Iglesia gracias a las denuncias de los demandantes. Efectuadas las denuncias, estas fueron investigadas y el sacerdote sancionado. Luego, la justicia civil confirmó estos hechos».
A propósito, se recuerda que no existe ningún antecedente, ni en el proceso eclesiástico ni en el proceso civil, de que el arzobispado de Santiago «haya tenido conocimiento de los abusos sexuales de Karadima antes de que se efectuaran las denuncias por los demandantes. En ese sentido nos parece que atribuir complicidad y encubrimiento de los abusos al arzobispado es injusto y contrario a la verdad».
Finalmente, se reitera el compromiso por parte del arzobispado «con las víctimas y nuestra disposición al diálogo con los demandantes, siempre sobre la base de la verdad y el respeto mutuo».