El papa Francisco este sábado 16 de agosto ha iniciado el tercer día de su viaje apostólico a Corea, visitando a pocos kilómetros de Seúl el Santuario de los Mártires de Seo So Mun, el lugar del martirio de los 103 católicos coreanos canonizados por Juan Pablo II en 1984. A su llegada al santuario dos jóvenes le ayudaron a poner una corona de flores y el Santo Padre realizó una oración en silencio.
A continuación el Santo Padre llegó a la Puerta de Gwanghwamun en Seoul, lugar de la santa misa de beatificaciónde Paul Yun Ji-Chung y de 123 compañeros mártires en el papamóvil abierto con un discreto dosel y vestido de blanco. Allí pasó, en medio a una enorme multitud de personas que le saludaban con gran entusiasmo. No faltaron algunas oportunidades en las que la camioneta se detuvo y el Papa besó y bendijo a algún niño.
La ancha avenida contenía una multitud de unas 300 mil personas, cuando se esperaban unas 20 mil. El papa Francisco endosó para la misa paramentos rojos, el palio y la mitra crema y dorada. Los obispos que concelebraban vestían también de rojo. El altar delante de la puerta de Gwanghwamun contaba con dos pantallas gigantes a sus lados.
Antes del inicio de la misa le fue pedido al Santo Padre en latín y en coreano que inscribiera como beatos a Paul Yun Ji-Chung y de 123 compañeros mártires, a lo que el Pontífice dio su aceptación leyendo en latín, y despertando una ovación por parte de los presentes mientras tocaban el himno y se leía profunda satisfacción en el rostro del Pontífice.
El papa Juan Pablo II había canonizado a los mártires de segunda y tercera generación que conocieron los misioneros franceses, en cambio ahora Francisco ha beatificado a los de la primera generación, los cuales no habían sido estudiados ni había entonces documentación para beatificarlos.
Paul Yun Ji-Chung y de 123 compañeros mártires son los mártires de la primera generación de la Iglesia en Corea, los fundadores, que son padres o abuelos de los mártires de las generaciones ya canonizadas.
En el éremo en el que estos buscadores de la verdad vivían seguían aPaul Yun Ji-Chung comojefe y maestro. En el lugar de este éremo hay un santuario, meta de peregrinaje, en donde están las tumbas de ellos cinco de ellos, y que que fue visitado por el papa Francisco antes de la misa.
A continuación fue la celebración de la santa misa, en latín y con lecturas y cantos en coreano. La homilía del Pontífice fue en italiano y traducida cada parte fue en coreano a medida que la iba leyendo.