La plaza de San Pedro ha acogido nuevamente a los fieles reunidos para escuchar la catequesis semanal del Santo Padre, en ocasión de la audiencia general, tras dos semanas celebradas en el Aula Pablo VI. Esta mañana, los miles de peregrinos venidos de todas las partes del mundo, esperaban a Francisco, a quien han recibido con alegría y entusiasmo a su llegada. Una banda de música y los gritos de ‘Viva el Papa’ han acompañado el recorrido del papamóvil. Mientras, el Pontífice se detenía a saludar y bendecir a los fieles, especialmente a los niños.
Esta semana, el Papa ha seguido con la serie de catequesis sobre la Iglesia, hoy centrada en el «una y santa» que profesamos en el Credo.
En el resumen de la catequesis hecho en español por el Santo Padre, ha dicho: «Queridos hermanos y hermanas: Cuando recitamos el ‘Credo’, decimos que la Iglesia es ‘una’ y ‘santa’, aunque sabemos por experiencia que también está compuesta de pecadores y que no faltan divisiones. Jesús, antes de su Pasión, pidió por la unidad de sus discípulos: ‘que todos sean uno’. Nos confía así su deseo de que la unidad sea una de las notas características de nuestra comunidad. Los pecados contra la unidad no son sólo los cismas, sino también las cizañas más comunes de nuestras comunidades: envidias, celos, antipatías … Esto es humano, pero no es cristiano. En una comunidad cristiana, la división es uno de los pecados más graves, porque no permite que Dios actúe. Es el diablo el que separa, destruye las relaciones, siembra prejuicios. Lo que Dios quiere es que seamos acogedores, que nos perdonemos y nos amemos para parecernos cada vez más a Él, que es comunión y amor. En esto consiste la santidad de la Iglesia: en reproducir la imagen de Dios, rico en misericordia y gracia.
A continuación, el Papa ha saludado a los peregrinos de lengua española, «en particular a los grupos provenientes de España, Venezuela, Chile, Argentina, México y otros países latinoamericanos». Así Francisco ha indicado que «mañana tendrá lugar en los jardines del Vaticano la colocación de una imagen de la Virgen de la Caridad del Cobre, patrona de Cuba. Saludo con afecto a los obispos de Cuba, venidos a Roma para esta ocasión, a la vez que les pido hacer llegar mi cercanía y bendición a todos los fieles cubanos. Que Jesús les bendiga y la Virgen Santa les cuide».
Después del resumen y los saludos en cada lengua, Francisco ha dirigido un saludo especial a los jóvenes, a los enfermos y a los recién casados. Además, ha recordado que hoy celebramos Santa Mónica, madre de San Agustín. Por eso, ha pedido que «su amor por el Señor indique, queridos jóvenes, la centralidad de Dios en vuestra vida; y anime a los queridos enfermos, y a afrontar con fe los momentos de sufrimiento y estimule, queridos recién casados, a educar cristianamente los hijos con los que el Señor quiera donar».