La inauguración de una exposición sobre los cristianos de Oriente Medio organizada por la Embajada de Armenia ante la Santa Sede y la audiencia del papa Francisco en Vaticano, estos son los dos actos principales que el presidente de la República de Armenia, Serz Sargsyan, ha realizado la semana pasada, durante su viaje a Roma. El mandatario ha invitado oficialmente al Pontífice acudir a Armenia el próximo año, en ocasión del centenario del genocidio armenio.
La agencia Armenia News informa que el Papa habría acogido la invitación «con gusto», aún así –también a la luz de las declaraciones del padre Federico Lombardi– la cuestión es aún reservada. Las persecuciones sufridas por los armenios hace cien años, las que sufren los cristianos hoy en Oriente Medio y del recrudecimiento de las tensiones en la región del Nagorno-Karabakh, son los temas que el presidente Sargsyan ha hablado con ZENIT en la siguiente entrevista.
Presidente, ¿puede hablar de la exposición «Parábolas de Oriente. El cristianismo ante desafío del nuevo milenio»?
— Sargsyan: Este evento importante está promovido conjuntamente por nuestra Embajada ante la Santa Sede y la Comunidad de San Egidio, que tiene un compromiso notable en la cuestión de los cristianos orientales. Por nuestro lado, la posición geográfica de Armenia, nuestra larga tradición cristiana y la presencia de numerosas comunidades armenias en todos los países de Oriente Medio, nos empuja a recordar al mundo la condición trágica, la tempestad, que afecta a los civiles y principalmente a los cristianos en Oriente Medio. Me parecía un deber participar en la inauguración de esta exposición para animar a aquellos que buscan a través de las imágenes y palabras hacer llegar el mensaje desesperado de millones de cristianos a la comunidad internacional, que se está movilizando cada vez más en estas últimas semanas, lo que es una señal positiva.
En vista de lo que está sucediendo actualmente en distintos puntos del mundo, ¿cree que el valor de la memoria se está perdiendo?
— Sargsyan: La memoria contribuye a la prevención de los crímenes. Ocultar, relativizar, o negar las atrocidades cometidas son intentos que se afrontan y detienen cotidianamente para defender valores centrales como la vida y para recordar que la diversidad es una riqueza cultural y social que debe ser promovida y no oprimida.
A propósito del genocidio armeno, ¿qué puede decirnos sobre la misa que el papa Francisco celebrará en san Pedro en abril para recordarlo?
— Sargsyan: El año que viene se celebra el centenario del genocidio armenio y serán muchas las manifestaciones en recuerdo de las víctimas, entre las cuales algunas de carácter religioso. La misa de abril en san Pedro tendrá un significado particular. Le agradezco al Papa esta iniciativa. Durante el encuentro del viernes pasado hemos hablado mucho de las víctimas de hace un siglo y de las de hoy. Compartimos las mismas preocupaciones y hemos reiterado la misma urgencia en las acciones de socorro y en los intentos de detener cualquier forma de violencia. Personalmente, he invitado al Papa a visitar Armenia en el 2015.
Hace pocas horas se conocía la noticia del asesinato de un soldado armenio en Nagorno Karabakh. En los últimos meses en conflicto se ha intensificado. ¿Cuál es la posición de la República de Armenia sobre lo que está sucediendo?
— Sargsyan: Lamentablemente el régimen de tregua, alcanzado por un tratado internacional en 1994, es violado sistemáticamente por Azerbaiyán desde hace años. Nosotros estamos comprometidos en la prevención de una escalada militar y de la degeneración del proceso de negociación, conducido bajo guía de la OSCE, el único sostenido por la comunidad internacional, a través de los esfuerzos de tres países co-negociadores: USA, Francia y Rusia.
Lo hacemos activamente, aceptando las propuestas de la OSCE sobre la consolidación del régimen de tregua: la retirada de los chechenios de la línea de contacto y la puesta en marcha de mecanismos conjuntos para investigaciones sobre violaciones de la tregua. Azerbaiyán los rechaza todos. Lamentablemente, la política provocadora y agresiva de Azerbaiyán causa pérdidas de vida de los soldados de ambos lados de la línea de contacto. Estamos muy preocupados por la actitud de las autoridades de Azerbaiyán que están cada vez más comprometidas en una campaña «armenófoba» y militarista, que es un atentando a la prospectiva de la reconciliación.
A propósito de referéndum como instrumento para el ejercicio del derecho a la autodeterminación. En su opinión, ¿cuáles son las cuestiones paralelas entre Nagorno Karabakh y Escocia?
— Sargsyan: Es digna de alta consideración, y de mi personal admiración, la elección de civilización y de método democrático del gobierno del Reino Unido y de las autoridades escocesas en la gestión política de la cuestión. Independientemente de los resultados, ha sido crucial el ejercicio del derecho inalienable a la autodeterminación por parte del pueblo escocés. Al inicio de los años 90, también el pueblo del Nagorno Karabakh optó por medios referenciales -pacíficos e inclusivos- en el determinar el propio futuro. La respuesta de Azerbaiyán fueron los pogromos contra los armenios en la capital Baku y en Sumgait, deportaciones de masa y una verdadera y propia guerra a gran escala.