La Misa Comienza en Casa

Catequesis para la familia

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¡Vamos niños! ¡Vamos a llegar tarde! ¡Corre, ponte los zapatos! Y salimos corriendo y estresados. Nos sentamos, si podemos, en el último banco, resoplando. Y los niños, contagiados y sin ver nada, también se sientan. Resignados a pasar una hora quietecitos y aburridos.

¿Cómo evitarlo?

La misa empieza en casa.

Los niños necesitan de las rutinas para saber lo que va a suceder a continuación, esto les tranquiliza y les da seguridad. Vale la pena intentar, siempre que sea posible, ir siempre a la misma iglesia y a la misma hora.

Dediquemos el tiempo que sea necesario para prepararnos con calma, vestirnos y que se vistan, sin prisas. Sí vamos siempre a la misma hora ya sabremos el tiempo real que necesitamos para no estresarnos. Disfrutemos del momento. Pongámonos guapos porque vamos a estar con Jesús.

Recuerdo que mi padre les ponía una toalla encima de los hombros a mis hermanos mayores, les echaba un litro de colonia y los repeinaba. Este tipo de recuerdos son los que les quiero dejar yo a mis hijos. ¡Alegría, vamos a misa!

Por el camino podemos contarles el evangelio que se va a leer o jugar con ellos a las adivinanzas; ¿de qué color irá el sacerdote hoy? ¿Porqué?…

Tres cosas que intento vivir para llegar a la iglesia con alegría y paz.

Nuestro corazón está preparado.

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Eva Carreras del Rincón

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