Los Focolares se proponen "salir, en unidad, oportunamente preparados"

Maria Voce y Jesús Morán, presidenta y co-presidente del Movimiento de los Focolares, comentan el desarrollo de la Asamblea general

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Maria Voce fue la primera en suceder a la fundadora del Movimiento de los Focolares, Chiara Luchic. El pasado 12 de septiembre fue reelegida de nuevo como presidenta para el próximo sexenio.

Durante el mes septiembre se está celebrando en Castel Gandolfo la Asamblea general del Movimiento en la que participan 494 miembros convocados y 49 personas invitadas. Este viernes por la mañana, el santo padre Francisco les ha recibido en audiencia y les ha confirmado en su carisma animándoles con tres palabras: «contemplar, salir, hacer escuela».

ZENIT ha tenido ocasión de hablar con María Voce tras el encuentro con el Papa y preguntarle por su visión sobre el papel de la mujer en la Iglesia y cómo el Papa insiste en ello. Así, ha afirmado que «siento que es un tema que está en el corazón del Papa y que es un tema que está evolucionando. Creo que no es solo el papel de la mujer en la Iglesia, sino también la mujer en la sociedad, en el mundo de la empresa, en la política, en la cultura… Se está descubriendo que la mujer tiene algo que dar que es diferente de lo que da el hombre, pero que es necesario, para la Iglesia y la humanidad».

Y ha añadido que «esta diversidad, el uno y el otro, pueden completarse para dar lo mejor de sí mismos. Y a mí me parece que la mujer puede dar su especificidad mariana que es la de saber escuchar, saber sufrir, saber amar, saber soportar, pero también saber proponer, saber ser tenaz, saber trabajar hasta el final en las cosas que tiene que hacer. Creo que estamos en un camino que está abierto e irá adelante».

Por su parte, Jesús Morán, elegido este mes nuevo co-presidente del Movimiento, ha explicado a la prensa algunos detalles sobre el desarrollo de la Asamblea. De este modo, ha indicado que en el encuentro con el Santo Padre les «ha confirmado, impulsado y dado nuevas pistas con respecto a lo que nosotros hemos trabajado». Tal y como ha explicado, la Asamblea concluye el domingo con la presentación del documento final.

En este tiempo han trabajo sobre la base de 3 mil instancias que han llegado desde el Movimiento en todo el mundo, que «recogían las exigencias más profundas que hoy hay en el movimiento para actualizar el carisma de Chiara Lubich» y «para lanzarnos hacia el futuro». Las 3 mil instancias han sido profundizas –ha precisado Morán– y sintetizadas en un documento de unas 20 páginas que «quiere orientar, dar líneas guía para el Movimiento en los próximos seis años».

Este documento ha sido sintetizado en un slogan: «salir, en unidad, oportunamente preparados».  El sacerdote ha indicado además que este slogan debe ser encarnado y implementado de manera diversa según las áreas culturales, «no es lo mismo salir oportunamente preparados en Asia, que en África, América Latina, o Europa».

Para aplicar el lema a la vida real, en un mundo en el que se está sufriendo tanta violencia, el padre Morán propone el «radicalismo del amor», citando las palabras que Juan Pablo II dijo sobre el Movimiento, en una ocasión que vio a Chiara Lubich en Rocca di Papa. «Lo primero que tenemos que hacer es reencontrarnos con esta raíz evangélica del amor para poder construir  puentes, para poder hacer diálogo y oponernos radicalmente a la violencia», ha precisado. Y esta experiencia la han vivido en primera persona, tal y como explica el co-presidente durante la Asamblea.

En estos días, Jesús Morán ha podido compartir mucho con dos pertenecientes al Movimiento musulmanes. «Con ellos no siento que el Islam es violento. Ellos me hacen descubrir que la raíz del Islam no es violenta. Con el amor profundizo y voy a lo esencial de esta religión, que en algunos se manifiesta de forma violenta, pero ellos no son la esencia», ha matizado».

Hablando de una forma más personal, el sacerdote ha indicado cómo ha asumido este nuevo encargo dentro del Movimiento. «Yo me confío a la gracia. Si me miro a mí mismo veo que no me siento preparado, no me siento adecuado… Por tanto, confío en la gracia de Dios, en la unidad de todos los miembros del Movimiento, y sobre esta base me lanzo con los talentos que Dios me ha dado. Con una actitud de paz y abandono».  Además, ha abordado algunos desafíos que se encuentra ante esta etapa: «Cuando uno está en un cargo de este tipo, lo único que tiene que pensar, no es lo que tengo que hacer o mejorar; sino que lo que siento que Dios me exige es una mayor capacidad de donación, de amor y de servicio».

Para finalizar, ha observado cuáles son los retos de los Focolares en este próximo sexenio y dónde le gustaría ver al Movimiento dentro de seis años: «Yo quisiera que el Movimiento adquiera una inteligencia del propio carisma más clara, más profunda y al mismo tiempo una vida más auténtica». En concreto, esto significa «un gran proyecto formativo y es un trabajo de conversión personal. Tenemos que vivir nuestro ideal más radicalmente de cómo lo hemos vivido, para ser fieles a la fundadora».

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Staff Reporter

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