México: mensaje de los obispos a las familias de los estudiantes desaparecidos

Los prelados animan a no perder la esperanza, a seguir mirando hacia adelante y no quedarse con el dolor atorado en el alma

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Los obispos de la provincia eclesiástica de Acapulco han enviado una carta a los familiares de los que perdieron la vida y los desaparecidos de Ayotzinapa. «Unidos a su dolor y sufrimiento les saludamos y nos dirigimos a ustedes para hacerles llegar nuestro consuelo y esperanza y los sentimientos de cercanía y de solidaridad, en este momento de tanto dolor y sufrimiento por la desaparición o muerte de su hijo el día 26 de septiembre en la ciudad de Iguala», se lee al inicio de la misiva. Asimismo, afirman estar conmovidos «al igual que gran parte de los mexicanos» y «queremos que sepan que hemos hecho oración por ustedes y que sentimos la necesidad de ofrecerles nuestro consuelo, conscientes que no podemos permanecer lejanos a ustedes».

El mismo santo padre Francisco, tuvo presentes también a estas personas. «Quisiera hoy llevar una oración y traer cerca de nuestro corazón al pueblo mexicano que sufre por la desaparición de sus estudiantes y por tantos problemas parecidos. Que nuestro corazón de hermanos esté cerca de ellos orando en este momento”. Esta fue la petición del Papa en la audiencia general del pasado 29 de octubre. Los hechos se refieren al asesinato de al menos seis estudiantes en la población de Ayotzinapa, cerca a Iguala, y la desaparición de otros 43 tras los enfrentamientos del pasado día 27 de septiembre con las fuerzas de seguridad.

Los prelados indican en su carta que «el dolor y sufrimiento que experimentan encontrará consuelo y podrá transformarse en esperanza e ilusión de vida, recordando a la Virgen María, madre de Jesús que también tuvo que llevar un gran dolor en su corazón cuando su hijo fue torturado y ajusticiado en la Cruz». María –prosigue el texto– pudo soportar tanto dolor porque su confianza en Dios era tan firme y tan viva que reconocía que su mano le acompañaba y le hacía sentirse fortalecida y consolada. «Este es un tiempo para fortalecer la fe y la confianza en Dios, Padre bueno que se acerca a sus hijos más atribulados», recuerdan. Por esta razón, los obispos mexicanos quieren ofrecer su cercanía y su ayuda «para que puedan superar el dolor que no se puede expresar con palabras, por medio de la fe y del amor de los hermanos». Asimismo afirman que han pedido a las parroquias «donde ustedes viven que caminen junto a ustedes con tiempos de oración y de escucha de la Palabra de Dios, que les escuchen a ustedes y les proporcionen la ayuda que necesiten para seguir consolándose y llenándose de esperanza».

Por otro lado, los obispos animan a los destinatarios de la carta a «seguir mirando hacia adelante y no quedarse con el dolor atorado en su alma. Hay que seguir caminando porque Dios siempre tiene cosas buenas para sus hijos que se confían en sus manos». Por eso les piden que «no dejen que les arrebaten la esperanza que todos los seres humanos necesitamos para superar nuestros sufrimientos. La esperanza empuja a seguir luchando, a seguir viviendo con dignidad, a seguir trabajando por un mundo mejor».

Como obispos de la Iglesia católica, «queremos estar atentos a sus necesidades así como a la de las miles de familias que en los últimos años han sufrido cosas semejantes a las que ustedes han sufrido como secuestros, extorsiones, desplazamientos forzados y muertes de sus miembros». De hecho, afirman que «hacemos el compromiso de acompañarles en la fe para que puedan experimentar consuelo y esperanza y para que puedan perdonar y sanarse de las heridas y el enojo que haya brotado en su corazón por los hechos violentos que les han perjudicado, desde la Iglesia católica queremos hacer nuestra la suerte de todas las víctimas de la violencia y haremos nuestros esfuerzos para que en Guerrero y en el país entero, caminemos hacia la paz». Para ello –explican– es necesario que cada familia se convierta en un lugar acogedor y amoroso, donde abunde el cariño y la comprensión, donde los hijos y las hijas vayan aprendiendo a respetar y a servir a los demás.

La carta va firmada por los obispos de la Archidiócesis de Acapulco, diócesis de Chilpancingo Chilapa, Tlapa y Ciudad Altamirano y ha sido publicada en la página web de la Conferencia Episcopal de México.

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ZENIT Staff

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