Será una Navidad comedida, vivida con dignidad y compostura, por todos los cristianos en Pakistán. La Navidad 2014 estará marcada por la oración y la solidaridad con las víctimas de la masacre de Peshawar, donde los talibanes han matado a más de 130 niños en una escuela del ejército.
Muchas iglesias han establecido altares con imágenes de las víctimas y velas encendidas. El Arzobispo Joseph Coutts, presidente de la Conferencia Episcopal, ha lanzado un llamamiento a la comunidad cristiana para que reflexione sobre el mensaje de esperanza y paz que la Navidad trae consigo.
En un mensaje enviado a la Agencia Fides, Peter Jacob, activista católico de los derechos humanos, informa que 11 parroquias y varias iglesias en la ciudad de Lahore han decidido cancelar o posponer hasta después del 1 de enero algunos programas y eventos (conciertos de villancicos, espectáculos, juegos) que estaban previstos para celebrar la Navidad.
Según el diácono Shahid Mehraj, de la Catedral de Lahore, “en la comunidad de los fieles hay mucho dolor y preocupación” por lo que se ve como “un ataque al futuro de Pakistán”.
En Navidad, informa “dedicaremos una ceremonia especial de encendido de velas por aquellos que han perdido la vida en el atentado”.
“La Navidad trae un mensaje de esperanza para el mundo. El nacimiento de Cristo también fue marcado por una matanza de niños inocentes por el rey Herodes. En el contexto de este derramamiento de sangre, Cristo nace como un símbolo de esperanza”, dice, señalando las similitudes con el contexto pakistaní actual. Para ello, concluye, “ahora es el momento de difundir el mensaje de amor y hermandad en Pakistán”.
Los cristianos recuerdan que Muhammad Ali Jinnah, el fundador de Pakistán, nació el 25 de diciembre, por ello el país también debería reflexionar sobre su visión y sobre el país que Jinnah soñó: una nación unida, abierta, tolerante, pacífica, libre de odio y de violencia.