El Consejo de Seguridad de la ONU ha condenado enérgicamente el secuestro de más de un centenar de cristianos en Siria por parte del grupo terrorista ISIS (Estado Islámico, por sus siglas en inglés), y ha exigido su liberación inmediata e incondicional.
En una declaración a la prensa, el órgano de seguridad ha repudiado este jueves el rapto ocurrido el pasado 23 de febrero en el noreste de Siria y ha deplorado la destrucción y profanación de templos cristianos y de otras religiones.
“Estos crímenes muestran una vez más la brutalidad del ISIS, responsable de miles de transgresiones y abusos contra la gente de todos los credos, grupos étnicos y nacionalidades sin ninguna consideración de los valores básicos de la humanidad”, ha afirmado el Consejo.
Los integrantes del órgano de la ONU también han pedido la liberación de las personas que son retenidas ilegalmente por el Frente Al-Nusra y todos los grupos e individuos afiliados a Al-Qaeda.
Asimismo, han subrayado que los responsables de ese tipo de actos deberán rendir cuentas ante la justicia.
En esta línea, la identidad del hombre que simboliza la barbarie del Estado Islámico ha sido revelada hoy mismo por el Washington Post. El hombre enmascarado con marcado acento británico, que sale en varios vídeos decapitando a rehenes occidentales, es Mohammed Emwazi. Un veinteañero, nacido en Kuwait, que creció en una familia acomodada del oeste de Londres y se licenció en informática en la universidad de Westminster.
Por otra parte, acaban de salir a la luz unas imágenes en las que aparecen milicianos del grupo fundamentalista destruyendo con mazas una colección de estatuas y esculturas milenarias de un valor incalculable, en la ciudad iraquí de Mosul, bajo su control desde junio de 2014. Pero también sabe que el ISIS ha obtenido fondos vendiendo en el mercado negro restos arqueológicos conseguidos en Irak y Siria.