Enviado por el Papa para hacer llegar su cercanía especialmente a los refugiados, el cardenal Filoni, prefecto de la Congregación para la Evangelización de los pueblos, está visitando estos días la región iraquí del Kurdistán. El purpurado, celebró la misa in Coena Domini en la catedral de Duhok, repleta de fieles.
“Ha sido un momento muy bonito –explica el cardenal en Radio Vaticano– porque hemos podido compartir con los refugiados un momento de oración, y he lavado los pies a doce de ellos. He ilustrado precisamente este signo y los momentos de la institución eucarística, del sacerdocio y del servicio a la Iglesia, y eso ha sido muy bonito. La gente estaba muy contenta y daba la impresión también de una participación a un antiguo rito caldeo, en arameo, que parecía casi escuchar las mismas palabras de Cristo, pronunciando sus palabras”.
Además, el cardenal Filoni cuenta que la población está entusiasmada por su visita, y preguntan a menudo cuándo irá personalmente el papa Francisco. “Yo les he asegurado que está en el corazón y en la mente del Papa”, explica el cardenal. Les ha asegurado “esta cercanía del Papa a sus sufrimientos, a la historia de este momento del país –de Irak, del Kurdistán– con la guerra, con las familias de los refugiados, con los problemas que naturalmente en todos los lugares hay, y aquí ende una forma particular”.
En la entrevista, el purpurado explica que celebrará la noche de Pascua en el campo de refugiados de la diócesis de Erbil. “La mañana del domingo, a medio día, celebraré la misa con las familias. Por la tarde, al regresar, pasaré por otros lugares donde hay algunas familias de refugiados”, afirma. “Es un Pascua, por tanto, pasada con ellos, creo muy bonita, única y llenísima de experiencias”, prosigue. Debo decir –asegura– que de parte de esta gente recibo un testimonio extraordinario de fe y también de caridad. “Un Pascua única, particular, muy bonita”, concluye.